miércoles, 7 de noviembre de 2018

Rajoy, poeta, sus versos

En nuestras habituales conversaciones telefónicas Clàudia y yo siempre tenemos, entre risas y nostalgia, un dulce recuerdo para el poeta Rajoy. De escribir sus meditaciones sería un hombre luminoso, excelente y elevado. Si uno piensa las cosas de la vida, las cosas del comer y del querer, con sus ojos estéticos, la vida tiene otro color, otra textura:

Acaso una verdad.
¿No sería mejor decir, como él, a lo poético: acaso no pinchas cuando sangras, o acaso no amas cuando sufres, que decirlo ordinariamente?o de este otro estilo: la carne incrustada en tus balas.
 O acaso más verdades.
¿No soy yo ese perro cuando mira?, o vives para respirar, o frente al dolor del mundo: hay esas cosillas, sí, pero luego está todo lo demás; o frente al conocimiento: lo digo del revés para que se entienda.
Verdades.
Esto está bien porque no esta mal, y claro, lo otro está mal porque no está bien, o  lo que uno pide no es lo que da, porque de darlo no lo pediría, no lo daría de pedirlo, claro está.
Todo esto lo podría haber dicho perfectamente, poetizando la realidad. Añadan más ocurrencias... 

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