jueves, 17 de agosto de 2017

Esse est percipi

Ya iba siendo hora que alguien les diera su merecido a esta clase de feministas con la daga en el liguero, a este feminismos deportivamente, competitivamente, administrado: una mujer culpable de manipulación y responsable de la propaganda  que tiene como objeto a sus propios hijos; una mujer que concentra las dos grandes debilidades de la corrección política: la utilización torticera de la hipersensibilidad y la hipermoralización de la socialdemocracia soprana; que es el caldo perfecto para su estrategia. Vi a los churumbeles en la portada de un periódico con el píxel pegado en su cara; una fotografía que la tal Rivas -asesorada por una bendita asociación de violencia de género que no ha dudado en mentir y distorsionar una situación personal con fines de gregarismo ideológico-, envió a los medios para presionar a los jueces, injuriar a su exmarido y aprovecharse de la monotematizante y monomaníaca tendencia desquiciante de los medios de comunicación (diversión, ociosidad y ostentación social) que maximizan los recursos retóricos más bajos, y más huecos, del discurso para imponer un solo dogma populista y maniqueo en las cabezas más quebradizas de la audiencia ciudadana. El Padre, Arcuri, lo he visto en la televisión, pero realmente sólo he visto el resultado residual de esa campaña de agitación difamadora; en la tele, los papagayos -insidiosos, amarillistas periodistas-, canturreaban la tonada oficial: el supuesto maltratador, el seguro mal padre, la bestia humana en toda su crueldad. Nada lo parecía, salvo las miradas de los matarifes que intentaban desfigurar su imagen tan reveladora, espontánea y nítida, que aporta la televisión - recuerdo la máxima de Gustavo Bueno: no hay nada en la realidad que no aparezca de un modo exacto, revelador, en la televisión, todo lo real aparece en la televisión, no pude haber nada fuera que no este en ella, y yo añado, que no se inventa nada, sólo se hipertrofia, se hiperboliza. El hombre Arcuri tuvo que responder a algunas babosidades: "dirígete a Juana Rivas, la madre de tus hijos, seguro que nos estará viendo, dile lo que creas para finalizar la entrevista" propone el merluzo del presentador; pero el italiano, férreo y recio, sabe que lo que realmente le piden es que se dirija a la cámara, a todo el público, no a la exmujer Rivas, y que expulse su víscera sentimental y su tristeza para alimentar el aparto de polémica que reproduce la propaganda para enriquecerse, y claro, se niega como la bestia que dicen que es: "no tengo nada que decirle desde los media". El merluzo vuelve a la carga, aludiendo al saber estar del "condenado", que confunden con frialdad, le preguntan por su temple, su entereza, su frialdad ante la ausencia de sus hijos, que claro, oculta esa apatía del criminal, la indiferencia por lo humano del asesino psicopático, pero, como siempre se equivocan, Arcuri se defiende, no quiere más espectáculo sentimental, no va a llorar para los medios, en directo, no quiere devolverles la ardiente pelota de la infamia que tan bien dirigen. Me marcho sin acabar de ver la entrevista, ya es suficiente basura por hoy, me vengo a escribir esto. Pienso. Como lo fueron todas las experiencias anteriores con la luz y las sombras, antorchas, espejos, cámaras oscuras, cámaras fotográficas o cinematográficas, también la televisión, la más sorprendente invención tecnológica de todos los siglos, es una fuente espontánea de determinaciones originales de las ideas de Apariencia y Verdad. La existencia de Arcuri se ha visto configurada por la doctrina que rige la telepantalla y que puede relacionarse con la de Berkeley, esse est percipi (ser es ser percibido); lo percibimos como un maltratador y un infanticida, así, tristemente, se quedará para siempre.

sábado, 12 de agosto de 2017

Ferlosio y las cajas vacías: deporte, turismo, trabajo, periódicos, radio, televisión, publicidad, educación...

Habla, libre, Ferlosio con su maravillosa prosa:

 << Siempre habría, pues, en general, un "algo" que precede al "qué", y que pretende ser más sustantivo, si se me admite la expresión, que cualquier "qué" por el cual se determine, como si le hubiese robado anticipadamente la sustantividad que sería propia de su determinación. La mejor representación de ese vacío capaz de justificar el objeto que lo llene, cualquiera que pueda ser su concreción en su naturaleza de implemento, es la de una caja. Para aislar esta figura de la caja con mayor precisión, comparemos la idea de caja con la de estuche. Caja es el término no marcado y por tanto comprende también a estuche; pero la marca distintiva del estuche frente a la caja en general consiste precisamente en ser necesariamente posterior y ad hoc respecto del objeto concreto que está destinado a contener; el estuche reproduce incluso, con frecuencia, en negativo, o sea en vaciado, la forma de ese objeto, tal como el guante reproduce en vaciado la forma de la mano. Quedémonos, así pues, con lo de que la caja no tiene estuche; esto es, con la caja que se anticipa a la naturaleza concreta de cualquier objeto que acabe por llenarla. Ésta es la caja que representa bien la idea de ese "algo" que es ya por sí mismo anticipadamente sustantivo al margen de cualquier "qué" determinado. Esta caja no esta motivada por la existencia o la prefiguración de un objeto concreto que la llene, sino que es ella misma el punto de partida; el impulso activo que promueve la producción de un objeto cualquiera destinado a llenarla justificando a ésta tan sólo por la mera función de satisfacer la demanda de llenar la caja. Ahora, en fin, parece que vivimos en un mundo en que no son las cosas las que necesitan cajas, sino las cajas las que anticipan a urgir la producción de cosas que las llenen. >> (Ensayos completos IV, QWERTYUIOP, Non Olet, Abreviaturas, Las cajas vacías, Conferencia leída el 11 de febrero de 1993)

miércoles, 9 de agosto de 2017

Aub, Chirbes, Martín-Santos, Böll...

...estos escritores, esa literatura de la memoria. Su lenguaje consiste en recoger todos los discursos hijos de su tiempo para cuestionarlos y desintegrarlos en un frenético juego dialéctico en el que las ideologías políticas, creencias religiosas, doctrinas filosóficas y estéticas, convenciones sociales, visiones culturales, prácticas económicas, vicios y virtudes personales, chocan entre sí para contradecirse y convertirse en verdaderas antinomias, revelar su oculto cinismo histórico, y deslegitimarse, desacreditarse y desprestigiarse en una red prosaica de comprensión desmitificadora: desmontar el encantamiento fetichista de los discursos dominantes de nuestro tiempo que suenan como risas enlatadas de serial televisivo. Puede parecer un ejercicio negativo, una operación filosófica beneficiada por los recursos estilísticos, temáticos, narrativos y expresivos de la literatura, cuyo resultado trampantojo sólo puede evocar al fracaso, pero de cabo a rabo lo que importa es la justicia, una justicia divina, una ironía trágica (propia de los románticos). No es una filosofía, ni una ensayística oculta, lo que contienen esas novelas, se trata de teodicea, coronada por el éxito estético del género. Los límites, la virtualidad formal, entre novela y ensayo - Juan Benet intentó romperlos- pueden ser flexibles, difusos e incluso paradójicos, pero en último término son fronteras reales que resisten la tonada. Max Aub lo describió a la perfección, su vida, su obra, su memoria, iba en ello: "lo único que me importa es la justicia y el buen castellano". Exacto, novelas de la memoria: teodicea y la construcción de una lenguaje sólido que ponga la palabra a la altura de la verdad silenciada del mundo.  

martes, 8 de agosto de 2017

Pax Soprana

Ya de noche, la Dra. Melfi lee en la cama de su cómodo domicilio un documento sobre la personalidad criminal que coincide totalmente con su experiencia terapéutica con el sociópata Tony Soprano, el jefe de una familia italoamericana perfectamente integrada; el papel dictamina un juicio severo y cierto: << El sentimentalismo del criminal se revela en compasión por bebés y mascotas. El criminal utiliza la perspicacia para justificar sus actos abyectos. La terapia tiene potencial para los no criminales. Para los criminales se convierte en otra operación criminal. >> (Los Soprano, episodio 8 "La cometa azul", temporada 6, segunda parte.) 

La hipersensibilidad y la hipertrofia sentimental son dos componentes básicos del campo de guerra mediático de la socialdemocracia, la herramienta discursiva del capitalismo con rostro humano, que de lo humano sólo toma su indigna brutalidad; ya se sabe, el dinero tiene carácter higiénico, sirve para comprar la inocencia de los hijos y el olvido de los nietos. Sustituyan “criminal” por “socialdemócrata” y “terapia” por “diálogo”, “discurso”, “interlocución”, ahí lo tienen, el cinismo de la razón moderna, la cultura competitiva de certamen, la producción del consumidor (publicidad), la sociedad ociosa, y la agria papilla que nos queda es una sociedad sociópata, la pax Soprana.

Reescrituras: << El sentimentalismo del socialdemócrata se revela en compasión por niños, animales -mundo natural, sistema climático, biosfera – mujeres maltratadas y violadas, amas de casa, homosexuales de clase media, víctimas del terrorismo, víctimas de accidentes y cualquier causa social susceptible de producir empatía y ternura pública con fines de réditos empresariales. El socialdemócrata utiliza la hipermoralización, la bondad general, el eufemismo, la simpatía, la demagogia, la supresión del conflicto político, para justificar sus actos abyectos de servilismo y servidumbre a la barbarie económica de explotación capitalista. El diálogo, y la dialéctica, tienen potencial para los no socialdemócratas. Para la socilademocrácia se convierte en un instrumento de poder disciplinario, narcótico y enajenador de férrea dominación social unidimensional, otra operación socialdemócrata. >>