jueves, 25 de abril de 2013

El pensamiento político de la burguesía catalana (II)



En la primera entrada sobre este mismo tema, quedó claro la conciencia burguesa que la ideología nacionalista poseía y el efecto alucinador, obsesivo y alienador que su abstracción ejercía sobre los miembros activos de la "causa" que no reunían los requisitos materiales para ser burgueses pero que sin embargo se han aburguesado y catalanizando, también quedo clara, de quien era la propiedad del espacio público de aparición, es decir, quien se extendía y abarcaba el sentido y significado de la política con mayúsculas, la política nacional, la política del "nosotros" (los privilegiados) ya que todo proceso, elemento, problema, o acontecimiento político, de requerimiento público, eludía a causas de la construcción nacional, sean conflictos sociales, más bien culturales, esto es, lingüísticos o de convivencia "étnica", o problemas económico, cualquiera de estos era siempre ejercido y causado por el exterior, es decir España, y se vivían como profundos agravios y graves efectos catastróficos o fatalistas que imposibilitaban el proceso de construcción nacional, atacando así a la unidad catalana, la moral y cultura catalana, cuando realmente sólo atacaba a la cultura burguesa, a la nación burguesa, a la economía burguesa, y a la moral de la burguesía catalana.

Hecha así la introducción, en esta segunda entrada pasaremos a un aspecto mucho más general da la condición de clase, sin escapar a ejemplificar la crítica universal con colores propios, ejemplos concretos y particulares de nuestra pesimista y catastrofista burguesía desesperanzada. Siguiendo y asumiendo de manera no total, pero cercana, la crítica de Simone de Beauvoir sobre el pensamiento de la derecha, podemos observar como su pensamiento, su discurso se caracteriza por ser, formalmente, altamente contradictorio, a veces peca de "realista-pragmatista" para ser cercano a un pensamiento racional y maduro destinado a resolver problemas técnico, y acto seguido, su discurso se torna altamente idealista y abstracto, cundo intenta universalizar y trasportar la explicación del caso concreto y particular a un nivel nacional, el problema no esta en el proceder de la operación, sino la incesante necesidad, ímpetu y pulsión de ascender, abstraer, elevar y casi divinizar cualquier decisión por muy insignificante que sea, a la talla, de hazaña nacional, pilar o base para una super-estructura que sirve para el vulgo o la masa (así ven al resto del pueblo, no-privilegiado) como utopía, panacea, o "supra-estado" hegeliano totalizador y absoluto, soberano, que toda autonomía y poder posee, y para ellos es visto como la seguridad y certeza de creación de un estado subordinado a su condición y conciencia, asegurando así su despotismo ilustrado y su posición dominante a eternidad.

Ese "tender hacía" no es más que el intento de abrir un ámbito de sublimidad y trascendencia política, propio del pensamiento de derechas y del hombre burgués, que busca justificar su posición privilegiada y mantenerse como "élite", intentar introducir valores e ideales absolutos, eternos, únicos y verdaderos, camuflados bajo la cortina de tapadera de la aparente y débil pluralidad, esta abstracción constante, no ya hacia un ideal, sino hacía el absoluto trascendente y "total"en que el sujeto es el sujeto "fichteano" de "conocimiento puro", que se contrapone y antepone al objeto, acredita ese afán idealista de centrar todo su interés en la transformación de la conciencia, la mente y el estado ánimico del individuo, olvidando así la contingencia, la materialidad y la singularidad y realidad empírica, construyendo un producto nacional puramente conciencial, abandonando y suspendiendo aquello que parentemente atendián y ahora subliman, que es la particularidad concreción y singularidad de los problemas técnicos, ahora pasan a ser secundarios, van después de la "idea" de nación.

Intento mostrar la más que raíz "fichteano- idealista" del pensamiento de derechas "catalano-burgúes", para Fichte, la libertad se da en el "yo" reino de la autonomía, la elección, la voluntad, el sujeto y el auto-conocimiento, es decir el mundo humano, confrontado y contrapuesto al "no-yo", reino del objeto, es decir de la causalidad, determinación, descripción, cálculo y necesidad, es decir de la naturaleza, que queda subordinado al "yo", así pues la burguesía catalana, los privilegiados, la élite, es la expresión y aspecto carnal y empírico del "yo" absoluto, mientras que los elementos confrontados como negación a él, son los representantes del "no-yo" en el que no se reconocen, identifican y realizan, es decir auto-reconocen.

Esta constante necesidad de auto-reflejarse a sí mismo para identificarse, y constituirse en oposición a otro nacionalismo, no hace más que asumir y recibir los mismo defectos, deficiencias y errores que crítica a sus "no-yo" en este caso el nacionalismo español, sólo que cambia su aspecto formal, su apariencia, presentación y aspecto, pero el contenido es el mismo, imposición de un despotismo ilustrado, consolidar una estructura de poder burguesa, y un esquema y mapa ideológico conservado, en tanto que derecha que busca no solo mantener su realidad material sino incrementarla acompañada de libertad despótica.

Para "ellos", auto-configurarse como los seres mesiánicos de la "causa" es constituirse como la "élite", según la teoría de la élite de Beauvoir, estos creen poseer unos valores e ideales absolutos y eternos, que les vienen dados, son innatos y los poseen por esencia o naturaleza humana, estos valores son los que los distinguen de la masa, los que hacen que posean una forma definida, una identidad propia y una sustancialidad que les hace estar en relación con la realidad misma, conociendo así la verdad y abriendo paso a monismos y despotismos ocultos.

Para concluir, resaltar esa constitución conservadora de la derecha catalana, es decir burguesa, que consiste en conservas los privilegios que con ellos logran excluir a la masa, marginarla, objetivizarla y popularizarla (vulgarizarla) de tal manera que ellos convierten por defecto y por necesidad  su diferencia y distinción en valores, cuando son privilegios materiales, económicos e injusticias, así es como opera y como se constituye la ideología derechista catalana, que a través de dispositivos de populismo, es decir apelar al sentimiento, a la emoción para enajenar y subordinar a las clases que no son por condición material de derechas, a un proyecto burgués, con un interés de beneficio y utilidad burgués y por una causa idealista y trascendente alejada de la terrenalidad, la necesidad y la contingencia empírica en la que vive la mayor parte de los ciudadanos catalanes, a los que lejos de arreglarse sus problemas, los verán incrementados. 





martes, 23 de abril de 2013

La Sexualidad como Dominación (II)


En este segundo post, me centraré en los dispositivos y mecanismos de distribución, imposición y procesales de la distinción o categoría de género, como operan, para qué, por qué y con que fin, más que en la crítica existencialista a la noción de género, puesto que supongo que en el anterior post, la diferenciación, definición y crítica quedaron claramente y redundante-mente expuestas.

La industria pornográfica funciona como mecanismo "performativo" y proceso de creación de estándares, arquetipos y prototipos de sexualidad, como una pedagogía del sexo, crea  modos de relación sexual establecidos, relaciones de  "temporalización" y "espacialización" entre hombres y mujeres. esta industria surge en un sistema libre de mercado reformulado, en que el hombre "fordianao" ya no es ni el símbolo del trabajo remunerado febril, ni el prototipo de relación heterosexual, sino que hoy poseemos nuevos órganos externos, sintéticos y artificiales para relacionarnos, más útiles y eficientes que el imaginario colectivo o imagen simbólica prototípica del hombre heterosexual cotidiano, hoy día, "facebook", "twitter" ,"tweenty" y demás redes sociales, son un nuevos modo y medio de relación,  aspirando a criterios de excelencia relacional, como la "sexual".

Las relaciones sexuales, "instrumentalizadas" y "mediatizadas", (esto sucede desde la apropiación de la sexualidad por las religiones hasta nuestros días)  se han convertido en objeto de fetiche y en tanto que objeto de fetiche mediatizado, en una forma de dominación, el capital y sus sucesivas expresiones y manifestaciones en efectos psicológicos y psíquicos que  se producen de su técnica y mecanismo, como el marketing o la publicidad, crean nuevas necesidades, obsesiones, neurosis y apegos a ciertos fetiches, más si la gamma de productos relacionados con la sexualidad, ya sean mercancías, "customizaciones", servicios o relaciones con ello, abarcan gran parte de nuestro espació de atención, la sociedad no gira en torno a ello en acto de facto, pero si en el inconsicente, en el imaginario, en nuestra pulsión y palpitación latente, en los contornos invisibles de la sociedad se da una necesidad mediatizada, instrumentalizada, sintética y artificiosa que es sumisión subyugo y subordinación a un nuevo "producto" de gran magnetismo.

La estétización y fenomenismo de muchos de los individuos, viene determinado y constituido por esas nuevas necesidades que exige el capital, que muy gratamente, de manera "acrítica", irracional, inconsciente y amoral acepta aquello que llama el "neomarxismo" o la derecha burguesa: "la masa", concepto empleado para designar aquel conjunto de individuos que conforman una unidad social "informe", "aforme", en busca de determinarse, configurarse y identificarse con alguna forma social, buscan adoptar y adecuarse a un "constructo" social, para hacer por si mismos en el espacio público de aparición  es decir "lo político", pero denominado hoy, como espacio o ámbito "de lo social" las funciones básicas de colectivo, relaciones de realización, reconocimiento e identidad. Concretando, los dispositivos y estructuras para ser hoy un "ente  social", son gimnasios, modas, centros de customización y estetización (belleza), centros formativos, y un largo sin fin, que el capital ha configurado, con complicidad con "la masa".

Por lo tanto, el sexo "instrumentalizado" y mediatizado es una forma de dominación, ya que nos enajena y aliena ante su magnitud y magnetismo, efecto de un gran mecanismo, dispositivo y estructura creado por el capital, que no solo con crear una necesidad, obsesión o fetiche, es un clasificador y constituidor de identidades, categorías y grupos casi "étnicos" sexuales, conformando así los heterosexuales, los homosexuales, bisexuales, trans-sexuales etc. Estos colectivos se identifican en una gran abstracción y razón ontológica que da un sentido, una explicación, un propósito, un significado y un fin a su situación, que por otra parte, según las tesis que existencialistas aquí sostenidas, no implicaría ningún problema ni moral, político, existencial, intelectual, ni ninguna distinción o diferenciación respecto a los demás, ya que sería "lo mismo", el existencialismo los/nos, posicionaría como individuos existentes vacíos  rasos y vacuos, proyecto de nosotros mismos, sin esencia previa ni determinación alguna sobre nuestro género, intelecto o espíritu, capaces de desarrollarnos y ser lo que uno elija ser, sin clasificaciones, imposiciones, "compartimentaciones" o limitaciones.

A mi juicio las identidades abstractas, totalizadas y unitarias, no llevan más que alienaciones y enajenaciones en lo espiritual e imposiciones, subordinaciones, control y "estigmatización" en lo político, tanto es así, que hasta en nuestro sistema jurídico se ha introducido la noción homosexual, como si fueran distintos, ciudadanos de segunda a los que la sociedad civil ha emancipado y liberado, indignos e inconscientes aquellos que se auto-denominen como "gays", "lesbianas", "trans" o el producto identitário mercantil y "sodomizador"  que se preste.

Como conclusión, resaltar la errónea interpretación y gestión de la categoría género, tal malentendido y discriminación, -puesto que un sexo, el hombre, se auto-impuso y contrapuso a la mujer como dominador y señor, por cuestiones de dogma y religión, y hoy las identidades homosexuales, "hetero" y "trans" son motivo del mismo efecto por razones del capital y la insuficiente y enajenada razón de estado- sirve hoy como negocio fecundo, beneficio ilimitado y excusa política para dominar y estigmatizar, jugar en definitiva, con "la masa".






















lunes, 22 de abril de 2013

La Sexualidad como Dominación (I)



Pretendo alimentar y fecundizar mi crítica de los sistemas de alienación y dominación de las estructuras y mecanismos contemporáneos -aparentemente vacuos, vacíos, benignos y blancos, que se presentan como formas y construcciones sociales, como métodos y procesos pragmáticos y funcionales al servicio de todo individuo y ciudadano, apolíticos y des-ideologizados- a través de las críticas, reflexiones y análisis subversivos del pensamiento "estructuralista" francés, en especial en el énfasis del estudio, rastreo y genealogía (Foucault) de viejos conceptos que hoy se revisten y disfrazan bajo formas sociales "no-políticas", que se materializan en estructuras, instituciones, organismos y cuerpos integrados y armonizados en la sociedad civil, como herramientas e instrumentos técnicos, funcionales y prácticos, disimulando y neutralizando su propósito ideológico, su fundamentación conceptual altamente política, edificadas y constituidas bajo concepciones metafísicas, antropológicas y políticas, de alto calado intelectual, subordinadas a un propósito y criterio determinado.

Así pues, desmitificando, objetando y negando la neutralidad de las distintas administraciones, organismos e instituciones que se articulan y conforman el cuerpo de la sociedad civil, constituyen y configuran el ámbito de lo social como ámbito neutro, meramente mecánico y técnico, ámbito de convivencia y paz, opuesto y confrontado como antagónico al ámbito del conflicto, la lucha, el debate y la polemización en la acción, en el espacio público de aparición, es decir, ámbito de "lo político", afirmo que son altamente ideológicas, teleológicas y finalistas tales estructuras.

Mi crítica, va dirigida  a la articulación de las categorías, estigmas, maniqueísmos y determinaciones de la sexualidad, impuestas hoy, por el poder político estatal y el poder judicial, el capitalismo, el libre mercado y el neo-liberalismo, impuestas antaño por religiones y distintos regímenes políticos arcaicos y caducos, sin relevancia trascendente hoy, en nuestras sociedades.

La distinción entre hombre y mujer, entre masculino y femenino, su categorización, conceptualización y estigma, es debido a una filosofía del género errónea, basado en unos fundamentos filosóficos naturalistas y ontológicos, que configuran una "vida del espíritu" (vida contemplativa, obserbativa, reflexiva y del pensamiento) y una "vita activa" (vida de la acción, moral y política) genéricamente distintas en lo masculino y lo femenino, irreductibles entre sí, determinadas, dadas e innatas, una compartimentación y fragmentación del "ser" que lo divide en dos géneros complementarios, que como producto dan lugar a la vida (valor supremo y argumento ineludible de la necesidad de la distinción genérica) y que ocupan lugar, espacio y funciones distintas y diversas.

Es decir, la mujer o lo femenino, es ontológicamente distinto del hombre o lo masculino, por lo tanto su naturaleza o esencia son distintas, algo que a mi juicio es falso y erróneo, producido por imposiciones y determinaciones de grandes dispositivos y complejos mecanismos de abstracciones conformando un cuerpo y estructura unitaria real, ya sean las religiones por cuestiones de dogmatismo, o el capitalismo por cuestiones de beneficio y negoció.

Empleando tesis existencialistas (base de todo feminismo intelectualmente serio) expresan la fórmula que a mi juicio dirime el debate, lo clarifica y lo ilumina, "la existencia precede a la esencia" por lo tanto, mujer o hombre, no se nace, sino que se hace, es decir, es un ser sin distinción, son "lo mismo", "la misma cosa", genericamente iguales, seres humanos, que se distinguen por sus diferencias fisiológicas, corporales, biológicas o bioquímicas, pero que en absoluto determinan su devenir y acontecer en la existencia, ni su función, ni su sentido o propósito, ni sus fines u objetivos, en tanto que seres racionales poseen las mismas facultades, las mismas capacidades y las mismas posibilidades en potencia de "ser" o "hacer" de si mismos lo que con su libertad, voluntad y conciencia (juicio) quieran.

El "ser", se crea, se construye, se auto-moldea, auto-despliega y auto-desarrolla, de manera autónoma y emancipada de cualquier condición, determinación, esencialismo o naturaleza pre-existencia, incluso corporal y fisiológica-mente somos cuerpos plásticos, múltiples y moldeables a nuestro albedrío, así existen la feromona y testosterona, para masculinizar y afeminar figuras humanas.

Estas posibilidades han ampliado el abanico de la dominación sexual, aceptando las categorías de género, lo masculino y lo femenino son términos "bio-políticos", que se usan al igual que el sexo, para normativizar y normalizar los miembros de una sociedad, en el capitalismo se ha creado una industria del sexo que justo a la de relaidad virtual (videojuegos)  son las más potentes del mercado libre internacional, esta industria se aprovecha del "mal-entendido género" para fecundar con sus productos esa brecha ya casi insalvable a día de hoy, el mundo de lo femenino y el delo masculino, se han creado relaciones, reconocimientos, identidades, mundos y realidades específicos para cada género, que ahondan y profundizan la brecha, la distancia, y la igualdad ontológica entre ambos.

Según un esquema interpretativo "neomarxisra" (escuela de Frankfurt) también podemos ver como se ha mercantilizado, cosificado y capitalizado a la mujer, enajenando la capacidad de juicio colectiva y alienando al resto de ellas en una suerte de producto sexual o animal de compañía, el fetichismo de la mercancía y el producto que ejerce el capital y sus implicaciones psicologistas, con el marketing, frases estereotipadas, lenguajes publicitarios normalizados y cotidianizado, han convertido tanto a la mujer como al hombre en un fetiche y en una "cosa" customizable y estetizable, que pierde su valor inmanente e intrínseco como ser intelectual o racional.










sábado, 20 de abril de 2013

leyendo a Benjamin (II)



Presentada ya, su tesis o concepto sobre la historia,  creo necesario postular una concepción crítica de las filosofías sucesivas de la historia que autores teleológicos y finalistas como Hegel, Marx o Kant han ido planteando a lo largo de la tradición filosófica y del pensamiento, la noción de historia para la pos-modernidad, sostenida por autores como Delleuze, Derrida, Hannah Arendt, Heidegger o Althusser, se oponen de manera radical y frontal a una historia cientifista, finalista, teleológica, continuísta, progresista, lineal o sometida a determinaciones de cualquier tipo,ya sean, idealista psicologista, o materialista dialéctico.

El materilismo historico planteado por Benjamin, sostiene un conjunto de determinaciones, causalidades, leyes y reglas internas en la historia, que hacen de todo suceso o acontecimiento en ella, algo "necesario", es decir planeta una historia humana, en que las condiciones y circunstancias materiales aparecen como necesidad, estas son producidas y elaboradas por un desarrollo de las fuerzas de producción, que configuran y conforman una división del trabajo, que es a su vez la que constituye una "totalidad social" cerrada, que son las clases sociales, totalidad irreductible e incomunicable o in-afectada por todo aquello que no sean elementos o constructos materiales, es decir, se materializa y cristaliza una distinción entre clases y grupos sociales, los cuales a causa de sus condiciones materiales, han constituido una conciencia de clase, es decir una manera de actividad, acción y distribución y una ideología, es decir intereses políticos y "filosóficos" diferenciados, distintos y sobre todo antagónicos y enfrentados con el resto de clases,que igualmente son necesariamente determinadas por sus condiciones y circunstancias materiales.

Esta concepción de la historia es inducida por una ideología socialista, concretamente marxista, que busca justificar sus postulados, principios e ideas a partir de unas pruebas "historicas"y "hechos objetivos" inscritos en la tradición del devenir del hombre, por otra parte, todo pensamiento y toda razón proceden de la misma manera si son coherentes, tesis de distinto pelaje sobre cualquier tema abstracto, teórico o intelectual están en relación y derivan de la ideología de los sujetos que la formulan, y viceversa.

 Los pos-modernos sostienen que la historia es un conjunto de acontecimientos, procesos y resultados (jerga hegeliana) fragmentarios, situados en la multiplicidad, en lo particular y concreto de la parte, irreductibles entre si, incomunicables e incausados por cualquier determinación o necesidad, su orden de aparición no posee ningún sentido ni propósito más que el mero devenir en la acción humana, en tanto que vida y existencia inmanente, sin trascendentalismos o idealismos posibles.

 Algunos pensadores argentinos como José Pablo Feiman, por lo general, avispados en la retórica marxista y en la oratoria sofística psicoanalista, han desprendido la justificación de un sistema liberal, de esta concepción pos-moderna de la historia, ya que sostiene la multiplicidad y por lo tanto la pluralidad, esto es la individualidad como propio de la existencia, por lo tanto y por isomorfismo, traducido al ámbito político, esto es, un sistema liberal, esta acusación algo torcida, reduccionista en su punto de mira, que todo lo ven en enclave marxista, incluso lo "extra político", acogiendo y suscribiendo la teoría marxista en "bloque", esto les hace susceptibles de juicio trufado.

Dicho esto, a mi juicio la teoría pos-moderna de la historia, es la que me parece más plausible, más racional, más moderada, más fundamental, y por supuesto más precisa en cuanto que adaptación a la realidad, es decir a la verdad de las cosas, tal y como ellas son, aunque mi llegada a su aceptación, no es solo por sus argumentos, anti-finalistas, anti-teleológicos o anti-progresistas, sino porque sus argumentos "sin sentido" y "sin propósito" en la realidad, afirman y otorgan la libertad en el mundo, y por supuesto en el individuo.

Reafirman y reconocen un "yo" no trascendental o conciencial al estilo hegeliano, un "yo" no como expresión y aspecto de la conciencia pura "absoluta", una surte de sujeto trascendente fichteano que subordina al objeto y se "autopone" a él, ocupando su lugar, sino un "yo" concreto, individualizado, particularizado y terrenal, situado en el "faktum", en la facticidad más inmanente a la grandiosidad racional del ser humano, en el ego psicológico, capaz de afectarse y ser afectado por dolor y placer, expresión del hombre normal y corriente mismo y no de ninguna abstracción como el espíritu hegeliano, que era expresión de todos los sujetos concretos y autoreflexifos que se reconocían e identificaban en el desarrollo y despliegue de su abstracción general.

De la misma manera, tampoco reducen (los pos-modernistas) al "yo" factico (al hombre), a un simple ser vivo zarandeado por sus propios productos o efectos que acaban cobrando más magnitud y significación que su propia existencia y "ser", como hacen las interpretaciones marxistas, el hombre parece en manos de una cosmovisión, un autómata cartesiano, un muñeco de cartón  o una marioneta en manos de unos hilos productivos, que a su vez ¿por quien son causado, movidos y controlados?, cayendo en su propia contradicción, contestan, que los mismos hombres, que son víctimas de sus creaciones y productos. Me parece pues la visión de la escuela francesa (estructuralistas y existencialistas) y otros pos-modernos (Heidegger y Arendt) mucho más acertada, realista y racional que las demás, tanto de la antropología matafísica y su concepción de la historia misma.











domingo, 14 de abril de 2013

leyendo a Benjamin (I)



Leyendo el texto, "Sobre el concepto de historia" de Walter Benjaminuno descubre el intenso placer de leer literatura filosófica, un texto partido y fragmentado en un conjunto de diversas y distintas tesis sobre la historia, sobre los sentimientos y emociones, pasiones y clichés propiamente humanas que intervienen en el movimiento de este gigantesco proceso humano, como es el del devenir y la nostalgia.

Las tesis son de una brillante exposición lírica, una potentísima presencia sobre el papel, una fuerza y pasión contenidas en cada palabra vomitada en negro sobre blanco, una moderación y racionalidad geométrica en cada sentencia que generan la sensación de trascendencia y plenitud al mismo tiempo que su decapitación inmediata,su escritura es viva y nostálgica, compleja pero fluida, su discurso y exposición filosóficas proporcionan una sensación de libertad absoluta y a su vez una constricción y amputación constantes, una dialéctica entre el sobre vuelo idealista sobre la conciencia los conceptos y las ideas más abstractos y obtusos y un repentino zarandeo y choque de realidad marxista, arraigado como raíces en la tierra, a la necesidad y la contingencia.

Su escritura es inconfundible, una gran impronta personal y un estilo característico bañan y empapan sus textos, dejando entrever solo a momentos medidos y puntuales, sus influencias intelectuales y filósóficas, su influencia sistematizadora y totalizadora es la "escuela de Frankfurt", los nuevos elementos de análisis y reflexión filosóficos sobre la realidad se destilan en el conjunto de sus textos, una visión de la dimensión política desde la tradición dialéctica e idealista, desde teorías críticas de la cultura para una crítica de la sociología, su reflexión estética para pensar los fenómenos políticos y sus nuevos análisis del capitalismo desde tesis psicoanalíticas y psicologistas dan muestra evidente de un sello alemán de profunda, controvertida y prolífica tradición que han cristalizado con formas muy personales en sus escritura.

Sin olvidar aquello que se reluce, en breves, concretos pero abundantes momentos de su prosa, el marxismo y el materialismos característicos, su pensar sobre la singularidad empírica, las circunstancias materiales, los juegos de poder, lo accidental y contingente.

En sus tesis se reafirma de una manera muy particular, las canónicas y casi dogmáticas tesis del materialismo histórico, y lo hace a través de una bellísima metáfora filosófica, una especia de "pseudo-mito", en el que se trasluce el materialismo histórico como única forma verdadera de explicar la historia humana, partiendo de la existencia empírica de la pluralidad de distintas filosofías de la historia, (desde Kant, Hegel, Marx y hasta nuestros días) y teorizaciones de la misma, Benjamin las desvela falsas, erróneas, equívocas y falaces, ninguna, sostiene él, puede escapar de la determinación del materialismo, ninguna puede escapar a las leyes del mundo humano, y la historia humana como objeto existente en esa realidad humana tampoco puede escapar a ellas, y estas son la necesidad, la materialidad y la contingencia y accidentalidad de la realidad empírica y singular de los hombres.

Se nos presenta como una determinación, dentro de un sistema de determinaciones, sistema cerrado, inevitable e irresistible, conformando una unidad total que abarca la totalidad de los hechos y experiencias del hombre, todo acontecimiento humana esta causado por una suerte de desarrollos o transformaciones de contenido material, concentrado en esa red de determinaciones, ese juego de cambios materiales que se influencian unos a otros, y que se sustentan en una realidad frágil, cambiante, en movimiento, en transposición continua.

El materialismo sería la entidad que determina y explica el movimiento de las piezas del mundo, aún cunado los hombres se empeñen en reafirmar su libertad individual, su voluntad rupturista con las formas de la realidad y su trascendencia antropológica, no pueden escapar, ni liberarse, ni emanciparse de las necesidades y particularidades de su circunstancia material, ni de la forma y figura de la realidad humana, que les impide ser ajenos y autónomos respecto a las leyes y reglas impuestas desde su propia condición y naturaleza como hombres.













miércoles, 10 de abril de 2013

El Pensamiento político de la Burguesía Catalana (I)



Qué duda cave que el nacionalismo en Cataluña es promovido y promulgado, exportado y tamborileado por los grandes megáfonos y sucias bocas refinadas de la clase burguesa catalana, qué duda cabe que su oportunismo ruin y mezquino, el de una crisis económica, les sirve para afianzar y reafirmar sus débiles convicciones ideales y no débiles intereses económicos, qué duda cave que sus ansias por la rapidez y velocidad en el proceso no son más que premoniciones de su efímera y ridícula "febrada", quién no puede deducir del estado general del ámbito público catalán, que cualquiera que ose interponerse en su "procés cap a l'autodeterminació" será demonizado, estigmatizado como fascista y reducido a una posición antitética a la justicia y libertad universal.

¿No es esa, la estéril y vacua intención de todo el pensamiento de la derecha y la burguesía clásica? así como Simone de Beauvoir sostenía que la derecha creaba su discurso, integraba y desarrollaba su sistema político en negación al comunismo, confrontándolo con el comunismo, oponiendo-lo al comunismo, adaptando las armas contrarias del comunismo para constituirse, y que cuando este se depurase, la derecha se quedaría sin ropajes, sin edifico teórico ¿no es así como el nacionalismo catalán se mueve hoy día? ¿ no podemos decir que el discurso político catalán jamás ha sido integrado, definido o fijado positivamente, estático o realizado, sino que simplemente existe en oposición al nacionalismo español, al "fascismo" y su opresión, siendo una ideología residuo, eso es oportunista, interesada y egoísta, y no creada u original, de convicciones y conciencia de clase desprendida de su condición material radical?

El pensamiento de la derecha, es decir las teorías que sostienen los intelectuales catalanes -dicho sea con mofa, entre carcajadas, sonrisas y lágrimas, me refiero más bien al discurso mediático de los afines, a los voceros y vástagos del régimen- niegan  la lucha de clases y la distinción y divergencia en Cataluña, si eres catalán eres independentista, si hablas castellano, no eres catalán, y demás dogmas de fe que se adjudican al ciudadano que intenta parlamentar o discurrir en el espacio público, ¿no es eso una forma de delimitarse, de constituir un cuerpo unitario, constituir un "nosotros" que agrupa solamente a los "privilegiados" y desprecia y transfigura la figura de las otras clases?, porque no hay que olvidar que la clase obrera y proletaria, mayoritariamente "no-catalana" se la trae al pairo, lo de la independencia y demás ideas adolescentes y trasnochadas de una clase dominante despótica.

La burguesía no solo niega la pluralidad y busca una unidad ontológica y sustancial con la que relacionarse como enemigo con la desvirtuada y manipulada unidad de España, sino que niega la lucha de clases, igualando y englobando a todas las clases en un "nosotros" , en un acto de soberbia, despotismo, cinismo e hipocresía absoluta, "ellos", autodenominados arbitrariamente como "nosotros", solo son los "privilegiados" que se esfuerzan por intelectualizar distintas ideas y principios de "nación" cuando, como dijo Benjamin: "toda lucha de clases no es más que la lucha por las cosas más burdas y materiales, sin las cuales no habría las espirituales y refinadas",es decir, que los intentos por constituir un aparato teórico, una idea de nación propia que integrase a la totalidad de los ciudadanos, no es más que una ardua manipulación, para materializar su dominio, desviando la atención en ideas irracionales y abstracciones banales para ocultar los intereses materiales y económicos, de dominio y control que aspiran y anhelan consolidar.

Cataluña, es la Cataluña burguesa, el hombre, es el hombre catalán,  su conciencia de clase se ha apoderado de la conciencia nacional, siendo ya ambas inseparables e inquebrantables, la burguesía catalana es hoy una suerte de "personalistas" e idealistas, que trascienden las circunstancias materiales y de necesidad, sobrevuelan la contingencia y lo accidental, sobrepasan el bloque de realidad inmediata e inmanente y sólo buscan constituir una falsa fortaleza y unidad de conciencia nacional, que verdaderamente es de clase, convirtiéndose en una suerte de hombres algo más que mortales, divinos,  trascendentes, irreductibles, invariables, celestiales, que juegan a ser Dios en la tierra, mandatarios y dirigentes de un mundo conceptual alejado de las condiciones reales de la situación de la sociedad catalana, un "catalanocentrismo" que les hace sentirse omnipotentes, todopoderosos, y capaces de librarse de la desigualdad, la injusticia, la crisis y demás problemas, pero como decía Marx en "la sagrada familia",  el estado no puede liberarse o emanciparse de una manera absoluta y radical de la sociedad civil, para mantener una igualdad, justicia y libertad  universales y generales, sino que que siempre será "su igualdad, ,justicia y libertad" , es decir, que el estado esta necesariamente subordinado a la clase dominante, puesto que es una obra, estructura y construcción burguesa estará constituida y gobernada por la misma.

Con esto quiero decir, que el problema catalán-español, no es una lucha entre naciones e identidades, ni una lucha de totalidades, unidades e ideales, sino una lucha de clases, de conciencias e intereses, el problema no radica en las totalizaciones y unidades hegemónicas, eso es producto de la enajenación mediática y la alienación identitária, sino que el problema está, en una latente y constante lucha de clases por el dominio y el poder de las circunstancias materiales propias.












domingo, 7 de abril de 2013

La Inquietante Estetización de la Política



Tomo prestado, la clásica fórmula política de W.Benjamin "la estetización de la política"  para poder entender y explicar el fenómeno de las ideologías nacionalistas emergentes y existentes que nacen y se mantiene con fuerza y persistencia en las sociedades del siglo XXI.

 Donde sometidas a la universalización ideológica, democrático- liberal que propone el capital, la globalización económica "transnacional", la hegemonización mediática y la alienación técnico-tecnológica  parecen en un primer momento suponer, la supresión y eliminación de cualquier tentativa ideológico-política localista, territorial, fragmentaría y segregacionista, en definitiva cualquier tipo de nacionalismo o forma política emotivo-populista que oponga resistencia a los golpes del mercado, como si el poder del capital pudiera extenderse e invadir el espacio político de una sociedad "folklorizada",  para adormecer y esterilizar cualquier comunidad vinculada étnica-mente, racial-mente u orgánicamente, como sí el capital fuera más poderoso y eficaz que las raíces y el sentimiento de pertenencia a una tierra, cultura o estética nacional.

Así pues, "la estettización de la política" es un fenómeno que se produjo en el siglo XX y que dura hasta nuestros días, un proceso de "neutralización" del discurso político, de la palabra y el argumento incisivo en el espacio público de aparición, tras el fenómeno nacionalista se produce una limitación de la autonomía para decidir aparecer en el ámbito de lo político, condenado a vagar por el túnel de la heterodoxia y en la oscuridad de la  herejía, del paganismo ideológico anti-nacional, convirtiéndose así cualquier voz crítica, en una entelequia, y su discurso en un maniqueísmo irracional, siendo su posición un arquetipo demonizado por la razón de estado, que rechaza aquello que no juega a favor de la construcción de una nueva estructura de gobierno generada y fundada como nuevo orden político, algo utópico e ilusorio.

El nuevo "orden estetizado" a secuestrado todo el espacio político, condenando al silencio, la invisibilidad y la marginalidad a quien no se adecue o subordine a la hegemonía;  posee todas las estructuras e infraestructuras de poder, la burocracia, las fuerzas represivas y ejecutoras, las legislativas, administrativas, judiciales y funcionariales, todo el aparato y dispositivo en una carrera hacia un único fin y un único propósito, alcanzar una mal llamada autonomía, conformando así un estado de "despotismo ilustrado", un "todo para el pueblo, pero sin el pueblo, porqué nosotros sabemos la verdad y lo que les conviene"

Que claramente se disfrazará de  república democrática, que como muy bien decía Marx en El 18 Brumario de Luís Bonaparte, la república no es más que la forma política subversiva  de una sociedad burguesa, y de despotismo de una clase dominante (Burguesía en sus distintas formas contemporáneas)  que oprime y subordina a otra más débil (obrero-proletaria), en aras de un estado mayor, mejor y más justo y libre, ilusiones y falsas esperanzas que provienen de ese esfuerzo por constituir un aparato estético, repleto de valores, virtudes y principios de plenitud, belleza y simbolismo trascendente, de sentido y significados que solo cabrán en descripciones y definiciones teóricas para el arte y no para articular un discurso político o entrar en el espacio público de la realidad más inmediata y urgente, en la que todos esos conceptos e ideas se convierten en utópicos, entelequias,  maniqueísmos y luces de bengalas; ya que son meras construcciones en el aire, meras ideas fenoménicas y estéticas que olvidan y anulan el discurso de ideas políticas arraigadas y subordinadas -ya sea en una visión más "pragmátista-utilitaria" o "metafísico-antropologíca"- de la realidad pública y la política más inmediata e inmanente a la necesidad.

Véase pues, que el nacionalismo catalán, una "ideología estetizada", no puede ser combatido ni por cualquier otra ideología, puesto que será demonizada, neutralizada y estigmatizada, ni mucho menos por el capital, que será un medio y un modo de realización, reconocimiento y auto-afirmación de un proceso vendido como mercancía y producto en un sistema global, capitalizado y sometido a las leyes de la demanda y la compra venta, en que el fenomenismo y apariencia estética serán su legitimización y justificación, su único criterio de admisión como forma política del nuevo orden global, en que cada vez más, los nacionalismos, localismos, sociedades orgánicas, y demás abstracciones irracionales serán configurados como un  producto más, una forma de hacer negocio, un nuevo almacén para las tripas del mercado libre.