sábado, 16 de marzo de 2013

Textos Marginales (II)

EL REPOSO DE LA PALABRA
Bajo el suelo de lo cotidiano se esconden las tinieblas de lo poético, el sentir vivo y fuerte de la palabra,  el claroscuro del símbolo y la trascendencia. Bajo la piel del hombre encontramos la carne hablante y rebosante de palabra, de pulsión vital de querer hablar para salir de la nada. Bajo el suelo del día se encuentra el lugar de reposo de las sombras invadidas por una luz artificial más mundana que humana.


Las sombras se tornan luz cuando iluminan, cuando despiertan y dejan de ser sombras, cuando son palabras despiertas y  libres, no adormecidas y ocultas por el velo del silencioLa palabra dota de sentido aquello que no es hasta que la palabra lo toca, un contenido informe, las cosas no son hasta que la palabra las construye, las cosas no están hasta que la palabra las nombra.Y la palabra está en la inmanencia, en una totalidad de lo que existe en el ser del hombre, como una ranita salta de aquí para allá, de charca en charca dejándose oír pero no ver, difícil de atrapar.

El reposo de la palabra es la muerte del hombre y el despertar de lo animal.







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