lunes, 3 de diciembre de 2012

El secuestro del tiempo



No voy a tratar de discernir que es el tiempo en un sentido científico, mi intención no es dar razón de qué diablos es el tiempo, si es cambio y movimiento si es relativo si existe por si mismo como entidad o si es creación humana, es decir no voy a tratar de dar razones ontológicas acerca de la descripción y definición del tiempo, voy a tomar por hecho que el tiempo es lo que hoy en día se entiende que es, es decir aquello que nos marca en una sociedad moderna lo que toca hacer en cada momento, aquello que nos guía  organiza y conduce a lo largo del día, aquello que esta contenido en pequeños aparatitos de muñeca, ahora ni eso, sino de unos numeritos en cualquier de las pantallas de nuestros aparatos móviles de mundo virtual de uso diario, adictivo y abusivo.

Así pues tomaré el tiempo como aquello que nos rige el quehacer de los días, el que marca la hora de trabajar, consumir, comer, disfrutar, relajarse o cualquier otra actividad reproductiva y productiva, es decir el tiempo como el fenómeno o producto que produce, es decir aquello que produce el tiempo en la praxis, el tiempo que se aplica a diario cotidianamente de manera práctica, para realizar una reflexión centrada en cuestiones de filosofía política y no metafísica u ontología.

En nuestros mundo, en nuestras civilizaciones y sociedades modernas el tiempo juega un papel crucial no solo en el día a día del hombre o ciudadano sino que en el mismo dotar de sentido períodos o épocas del individuo o del mismo país o sociedad es necesaria tal gestión y praxis del mismo tiempo, es el que dota de sentido, el que une los hechos individuales y colectivos en una organización humana moderna. Se valoran los hechos, acciones, actuaciones o procesos a partir del tiempo que tarden en conseguirse, el tiempo que requieren en ser rentables, de manera sustancial, material o económica. Así pues el tiempo rige de corrector, detector, de termómetro de la vida de un individuo o de una agrupación social, rige el papel de examinador, de enemigo o aliado para según que procesos. Por ejemplo, determinamos que un joven esta perdiendo el tiempo si no hace lo tiene que hacer según lo que le toque hacer (heterónomamente marcado) en el momento (tiempo) que se encuentre, juzgamos pues a las personas aplicando un criterio temporal, o determinamos de gasto inútil aquello que necesite mucho tiempo para dar beneficio más que por el mero hecho de analizarlo por si mismo, es decir invertir en educación para los políticos de hoy es un gasto inútil, puesto que no resultaran beneficios en un corto plazo de tiempo y ergo les dará un beneficio electoral a ellos por la buena gestión y resultado, a la vez que ellos funcionan así a causa de una exigencia de inmediatez y rapidez de los ciudadanos.

El tiempo pues juega un papel crucial en la vida de los individuos y sociedades o agrupaciones humanas modernas, es pues de recibo analizar el porqué hoy no hay tiempo para nada, cual es el sistema que rige, domina, suministra y otorga el tiempo que todos empleamos en nuestra vida diaria, puesto que mi tesis es que el tiempo esta secuestrado, ¿secuestrado por quién?  por el capitalismo, por el gran capital y el movimiento o ideología del progresismo, al son de estas dos campanas se moldea, manipula y se impone el tiempo de hoy. La tesis central es pues la capitalización o industrialización del tiempo como un producto más, una mercancía, más bien un servicio que se ofrece, no exactamente en algo que se compra sino que se consigue o no dependiendo de tu productividad, si no es que te alejas del ritmo y movimiento del capital y renuncias a tal noción y praxis del tiempo  contemporáneo, cave decir que tal progresismo y capitalismo esta  sujeto a una base social que o por un lado lo apoya, construye y demanda de manera activa constituyen-dolo ella misma o en segundo lugar y no menos por ello menos grave, se deja llevar por el devenir general de los órganos de poder constituido por el poder constituyente (el pueblo, el poder político) o el poder auto-constituido (económico, financiero) que son los que marcan el camino para las ovejas del rebaño, son a su vez el pastor y el lobo, determinando de manera heterónoma el futuro o destino de sociedades o civilizaciones enteras.

El tiempo esta secuestrado por los órganos de poder, por un lado el político que obedece en gran medida a las demandas y exigencias del mismo pueblo o sociedad que esta inmerso a su vez en un proceso de idealización, ilusión y esperanza del progreso ascendente del conocimiento tecnológico, la razón instrumental y la aplicación práctica del saber, en una praxis y práctica situadas en la inmediatez, la utilidad material y la rentabilidad del placer (sea bajo formas económicas, materiales, merca-espirituales o merca-tecnológicas) y una capitalización de este, que ocupa todo el tiempo del hombre o individuo a imprimiéndole un mensaje y unas tareas de producción de mercancías y gastado ese tiempo una disposición al consumo que gasta casi todo nuestro tiempo, no sólo eso sino que el que queda restante debe gastarse reciclándose, reformándose, invirtiendo para amueblarse a futuros cambios en la estructura del mercado en la estructura socio-económica que creará la estructura de nuestras vidas.

Es decir, el libre mercado obliga al individuo bajo la regla del imperativo categórico capitalista que es la productividad, el consumo, la praxis inmediata, constante y continua, la adquisición de una estabilidad y bienestar material (propiedad privada) a mecanizar su vida, la vida colectiva, esta queda bajo el yugo mecanicista, en que todo esta programado y tiene un tiempo, tiene un ritmo y su progreso imparable e irresistible, su movimiento ascendente por una dirección y no otra, un engranaje y macro-estructura que deja poco tiempo más que el que esta permitido para realizar tares fuera del espacio tiempo, sistema y estructura determinados por el colectivo constituyente que fundamente y legitima tal ritmo macro-vital, general y universal del sistema industrializado y capitalizado progresista.

Podríamos seguir con mil efectos del capitalismo como, el fetichismo que se produce entre sujeto y objeto es decir consumidor y producto o mercancía, la enajenación del trabajo, la creación de nuevas necesidades que no dejan vivir la real, la enajenación tecnológica y técnica que se nos impone creando dependencias y nuevas necesidades no imprescindibles pero que ahora lo son, las crisis progresivas y agraviadas sucesivamente, la ascendente acumulación por menos de todo el capital creando desigualdad e injusticias sociales y un sin fin de efectos que a mi parecer y al de otros muchos de talla superior a la mía nos parece, rigen el mundo contemporáneo, pero sólo quería destacar un factor esencial que afecta directamente a nuestras vidas diarias, que están ocupadas temporalmente en principios y reglas capitalistas, en realidades  ficticias como la era tecnológica, técnica, mecánica y material que nos impide dedicar tiempo a una tarea como es la intelectual, la reflexión, ser conscientes, es decir sabernos a notros mismos y nuestro conjunto, crear conceptos, ser pensantes, analizar en conjunto y cultivar la "internalidad" (espiritualidad si se quiere) parra dedicarle tiempo (ser conscientes, es decir saberla ver y saber y vivir en su existencia, cultivar su existencia) a la realidad real y no ficticia, virtual y no real que producen todos esos fenómenos producto del capitalismo y las eras que conlleva.