viernes, 17 de agosto de 2018

L'ou de la serp (XXXVII) 17-A

Hoy, que es un día de muertos, como casi cada día en la mayor parte del mundo, y, generalmente, por las mismas causas, los medios de comunicación y las instituciones nacionalistas son las que organizan un homenaje a las víctimas de Barcelona del verano de 2017. Ambos, están intoxicados por el mismo relativismo cultural y moral, que es el peor de los autoritarismos, la forma más sutil de represión intelectual y política, para explicar la atrocidad. Expertos sobre el mundo árabe hablan, bla, bla, bla, sobre las múltiples causas, la casi infinita enumeración de variables, "¡en el mundo occidental!", por la que unos jóvenes "como otros cualquiera", dicen, integrados y asimilados a Cataluña, asesinan. Los periodistas y políticos nacionalistas recurren al terrorismo sin más, sin predicados. Pero son cobardes y cínicos, no van más allá, babeando. Será que, en lo más íntimo de la nación, entienden los motivos de la trascendencia y el sacrificio. Realmente es muy sencillo, aunque sólo el principio de una larga, profunda y racional explicación. Toda esa amalgama, un moco, de motivos pop, culturales, socioeconómicos, personales y psicológicos que les parecen tan crípticos y misteriosos vive en una síntesis criminal. Se reproducen en ella. Dios. La unívoca y sintética causa es el devastador amor a dios. Y el terrorismo, es terrorismo religioso, guerra santa. Así lo demuestran de un modo incuestionable e irrefutable los hechos: los textos venidos del infiernos y puestos en sus aparatos telefónicos tras un fugaz viaje por sus cerebros podridos, sus sádicos sentimientos contra los infieles, su desolada incomprensión de la vida y la muerte, y su arrogante indiferencia por el mundo. Mataron con los ojos inyectados, amarillos, de ira religiosa. Las víctimas murieron por dios, y los asesinos mataron en nombre de dios, ¡y nosotros celebramos ritos y ceremonias para que dios los acoja con hospitalidad! El nacionalismo impone un macabro dogma que falsamente hace pasar por explicación: "no se integraron". Yo no estoy integrado, y no lo estaré nunca con esta gentuza, esos mierdas patrióticos, y no mato. No me asimilo, y no asesino. Observen, y vayan del suelo al cielo, esa inequívoca, bella y emocionante, cadena de sentido: religión-nacionalismo-relativismo. Y díganme, como soportan el orgasmo de plenitud.

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