miércoles, 18 de octubre de 2017

L'ou de la serp (XXIII) Escrutando la locura

Nunca pensé que la ductilidad y fragilidad del nacionalpopulismo, y el animalito xenófobo que lleva dentro, llegaría a extenderse sobre los cerebros de los hombres más inteligentes que conozco hasta extremos tan maravillosos de autismo absolutista. Pero así ha sido y así es. Me consuela pensar, como los sufíes, que también esto pasará...

  • Es muy curiosa la ironía, sobre todo cuando, desquiciada ya la cabeza y los nervios de los hombres, se trata de la historia. En su tripa de tiempo guarda innumerables paradojas pugnando por salir, y casi podría parecer que para repetirse cómicamente en el momento más oportuno. El martes pasado el presidente Puigdemont declaró formalmente la independencia de Cataluña para acto seguido suspenderla en un suspiro, anularla en sus funciones prácticas y atribuciones técnicas; lo bauticé sin mucho éxito de crítica y público como un SÍ pero no. ¡Quia! la inversión irónica de Pujol y el pujolismo (que bien sabe dios que son cosas ligadas pero distintas), un absorbente NO pero sí. Algo que puede expresarse tan bellamente con la cita de un Chesterton inmortal: "todo está prolongando su existencia negando que exista". Así fue durante más de dos décadas el gobierno patriarcal del nacionalpopulismo, porque se pensaba que el cambio de dirección, al que hoy asistimos (el sí pero no), era una derrota y un fracaso seguro que dejaría a gran parte de la población electoral en el lodazal de la desolación y la frustración social; destruyendo a su vez todo el tejido  económico clientelar de las redes de poder institucional. La inversión del paradigma, su supervivencia y permanencia, demuestran la gran capacidad necrófaga y fantasmagórica del nacionalismo, su ductilidad, maleabilidad y versatilidad; un movimiento que consigue alimentarse tanto de los éxitos como de los fracasos: su agotamiento moral y la saturación estética son las que han conseguido que una situación excepcional y anómala se convierta  en algo de ordinaria normalidad y mayoritaria aceptación, cuando no adulación, popular. Su gran logro nutritivo consiste en convertir todo fracaso político, cultural, económico y social, en un iluminado éxito sin precedentes; una posición verdaderamente paradójica y tautológica difícilmente superable para la razón política. Se ha demostrado la intimidante fuerza de gobierno del No pero sí durante muchísimos años de impunidad, ¿será la del Sí pero no una nueva forma de gobierno de prolongación y consolidación indefinida?

 


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