martes, 29 de diciembre de 2015

La voz de Bettie Holden Page





Bettie tenía un ruido en la cabeza
 como una mosca zumbando en una botella
con los años
se transformó en una voz de mujer
las veces
 escondida y susurrante
 una voz tenue
 pero con relieve y autoridad
 que como todo lo femenino
es una serpiente que mata
 si es que mata
 sólo por la fuerza de un abrazo


  No había peligro para los hombres
 pues a Bettie
 le gustaban las mujeres
 las mujeres con las bragas caídas
 las medias rotas
 y las faldas arrugadas
 con surcos en el vientre
 y pieles escamadas

 Brazos retorcidos
 abrazando un esqueleto ardiente
 con los que jugar
 en el silencio de la intimidad
y la sonoridad del hueso

Adoraba
 los pechos revoltosos
 como palomas alzando el vuelo
 de las jovencitas
 de ingenio afilado
 como el vidrio
 sus rosados y cálidos pezones
 sus hombros
 derrotados por el plomo
 y la mirada
 quieta por el tiempo

Se entretenía observando
los dientes rotos
 el destino quebrado
 y el rostro 
roído por los ratones

 Le gustaba
que el pelo de esas mujeres
 oliera a tabaco 
 a sexo
 que en sus piernas
 dejaran huella
 los azares de un amor
 nunca conocido
 y el rastro sucio de la pornografía
 la mentira

   Se excitaba también
con las uñas pintadas de negro
  mordisqueadas por los nervios
 los labios rojos
 carnosos y rebosantes
acabados
recortados
 en punta redonda
 las caderas
 embutidas en prendas infantiles
 y los pies
 grandes
 afincados en tacones rojos de aguja

Pero sobre todo
se excitaba
con el olor de orejas quemadas
el reflejo del odio
 en los ojos despistados
y ese aliento de alcohólicas 

Le conmovía en ellas
 ese carácter maldito
 esa delgadez extrema
 y esas costillas finas
 de conejo
 que al moverse
 rozaban las entrañas

Bettie
era como las manchas negras
 que recorren la memoria
esas manchas húmedas
 de la carne morada
 golpeada
un cuerpo
 con la turgencia de lo muerto
reciente
 y sellado
por la dignidad que otorga el dinero

¡Oh!
querido grupo selecto
  exclusivo
 de mujeres
  voces viciosas
 ocultas
en las sombras
 de una habitación vacía
abandonada
 en un motel de carretera
enloquecisteis
 sin remedio
hasta la muerte
 a la pobre
la pequeña
Bettie
Holden
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