viernes, 18 de enero de 2013

Las seis falsas tesis del capitalismo (I)



Hablar del capitalismo comporta hablar de todos aquellos aspectos en los que hoy tiene presencia, hablar de cómo afecta en otros campos del conocimiento e investigación, en otros campos del saber y el pensamiento, podría hablarse del capitalismo según sus distintas formas, adaptaciones, reformulaciones y ámbitos de actuación, desde el campo de la sociología, la política, la economía, el pensamiento, la cultura y hasta incluso la antropología, pero el capitalismo es esencialmente un sistema económico fundamentado ontologicamente en los principios del liberalismo político, éste es su condición de posibilidad, pero como no voy a escribir un largo tratado sino mas bien un breve artículo de pensamiento, me limitaré a tratar el trema como idea del capitalismo en si misma, como sistema económico, tratar los principios y tesis que lo constituyen como sistema que rige, ordena y configura el valor principal de una sociedad moderna o civilización tecnológica de hoy, que es la economía, sin poder evitar claro esta, los efectos y consecuencias inmediatas, directas y hasta inseparables, por no decir consustanciales que en el terreno de la teoría política tiene.

He escogido las seis tesis principales, esenciales y fundamentales para entender qué es, como funciona y cómo se origina el capitalismo, he escogido seis principios inalterables que se mantienen como constantes a lo largo de las diversas re-formulaciones y transformaciones que ha experimentado a lo largo del tiempo y de la historia, y que sus más fieles servidores y defensores se han dedicado a vociferar a bombo y platillo, a diestro y siniestro sin compasión hacia el atónito espectador que las sufría.

Antes de entrar al trapo y en faena, desearía advertir que lo que aquí se exponga no es una crítica en la que implícitamente se defienda la alternativa comunista, como en todo el tema de debate sobre el mejor sistema organizativo y estructural constitutivo de la sociedad y la economía se ha bipolarizado, presentando en el debate la imposibilidad de un crítica sin segundas lecturas interpretativas acerca de la ideología, la propuesta o la alternativa que presenta el escritor, en este caso yo. Así pues me gustaría simplemente centrarme en desmitificar, des-idealizar y derribar las seis tesis que a mi parecer son las que constituyen de manera sólida la construcción del edificio capitalista:

La primera tesis, es defendida por uno de los ideologos y máximos exponentes del pensamiento capitalista, Adam Smith, que postulaba y defendía la tesis de la auto-regulación y auto-limitación, la famosa mano invisible que controla, regula, limita para equilibrar el sistema de libre mercado, lo ajusta para su óptima función, es algo así como plantear una totalidad y unidad orgánica que mediante unas leyes y reglas internas metafísicas es capaz de auto-abastecerse y auto-gestionarse, marcarse sus límites éticos e implantar un código de valores, es decir una moral imperante reflexiva con ella misma, capaz de establecer una nueva condición humana apta para las nuevas condiciones sociales, que mejoran la sociedad, la vida humana, y potencian nuestras capacidades y facultades humanas, permitiéndonos extendernos, evolucionar y progresar para un fin de la historia no determinado, puesto que el capitalismo no plantea ningún fin en concreto, es el ave fénix, auto-destruirse para renacer de sus cenizas.

Este libre mercado es regulado, no por las buenas intenciones y por la solidaridad, benevolencia y compasión de los dirigentes de órganos o sectores de poder, es decir por los capitalistas y empresarios, sino por las misma leyes y reglas de juego, ya que el empresario intentará crear un producto valioso, de calidad, útil y funcional para la sociedad, no por buena voluntad sino porque es la única manera de vender sus productos y conseguir acumular capital, vender la producción y la mercancía  suponiendo así que el individuo demandante también posee interés por lo útil y funcional, por la calidad y el valor de la mercancía o servicio y así consumira, también se presupone un consumo racional, meditado y responsable, como si la sociedad y los individuos no se moviesen por instintos y pulsiones irracionales, rompiendo así las leyes racionales que regulaban el mercado.

Otro error en la argumentación de esta tesis, es el suponer la libre competencia como elemento fundamental del equilibrio y regulación del mercado y el capital, los más radicales, como los "randianos" u Objetivistas, postulan, que en una situación de libre mercado siempre que en un sector económico haya una empresa que empiece a apoderarse de todos los recursos, de toda la cadena de producción y cuota de mercado, surgirá una empresa con los precios más bajos, u ofreciendo un mismo producto con más valor o calidad, ofreciendo así competencia y limitando su poder, por lo tanto equilibrando el mercado.

Este argumento se sustenta por una lógica en la teoría y la abstracción, pero en la práctica hace aguas por todo los lados, ya sabemos que pueden construirse monopolios si se compran todos los recursos posibles de ese sector, o si pactan las tres grandes empresas de un sector, imposibilitando la entrada de otras, como pasa con el negoció de la energéticas y el combustible, pueden crear monopolios o "cartels" cerrando el sector y poseyendo la totalidad del poder y necesidad de la sociedad en sus manos, a fines de intereses de rentabilidad, eficiencia económico e interés personal, y no por el interés social o bien común.

La segunda tesis, es la idea de que el capitalismo dota, comporta y asegura la libertad individual, no sólo eso, sino que asegura a cada cual lo que se merece, es un principio de justicia y libertad, el capitalismo da a cada cual lo suyo de manera justa según sus virtudes, capacidades, facultades o naturaleza para ser útil, beneficioso y práctico para la sociedad, es decir funcional para el organismo y entramado productivo, tu salario sera acorde con tu valor ontológico como fuerza de producción, es decir que el más virtuoso será mejor recompensado y vivirá mejor, puesto que lo vale, y el que no, vivirá con menos salario y compensación, cada uno será recompensado según lo que le toque, lo que valga y sirva para el mercado. Podemos negar y objetar el segundo principio y su argumentación, con lo que yo llamo la paradoja de Belén Esteban y el profesor Caja: puesto que el señor Caja esta más preparado y formado que Belén Esteban, licenciado en filosofía, doctor y profesor universitario de estética y hablante de más de seis idiomas, sin embargo su salario y nivel de vida es muy inferior al de alguien que ni esta tan formado ni preparado intelectualmente como él.

Los defensores del sistema, sostendrán que es un reflejo y demanda de la sociedad, que la sociedad al demandar cierto arquetipo crea el criterio y el estándar del ser o individuo merecedor, virtuoso y capacitado para tal compensación, es decir que no existe una justicia y repartición meritoria objetiva, sino que es subjetivizarlo todo, consensuar y pactar lo que es justo en función de la demanda en masa, a lo que yo diría que por sentido común no puede sostenerse una repartición justa como la de la paradoja, puesto que auto-incumple su propio principio de establecimiento de lo justo, que uno esta mejor preparado y cumple una función social más importante como educar no puede ser menos recompensado que gustar a la masa.

Existen más ejemplos para demostrar la irracionalidad y el sin sentido de esta tesis, intervienen muchísimos factores más allá de los propios como virtud, valor y utilidad, como el azar o surte, clase social e inmoralidades que pueden hacerte ganar un nivel de vida y compensación que no corresponden con tu valor ontológico o tu mérito, nacer en una familia rica y heredar su fortuna, tener amigos en sectores de poder que premian tu amistad y no tu mérito o utilidad, son ejemplos de casos en que se rompería el principio liberal y capitalista de justicia, y cada uno según lo que se merece, no siempre los que más valen son tocados por las distintas formas de la fortuna y la suerte, puedes valer y ser un desgraciado y por lo tanto que no te toque lo que te corresponde.

La tercera y última tesis de esta primera parte de la entrada de hoy, es el mito de la responsabilidad privada, es decir que el que la hace la paga, el individuo que libremente fracasa es el que debe responsabilizarse y hacerse cargo de las consecuencias de sus actos, por lo tanto en un sistema tal, el que quiebra una empresa, es el que se hace cargo de su fracaso y su destino. El individuo es responsable, usufructuario y único beneficiario tanto de su fracaso como de su victoria, argumento que podemos negar con la evidencia de la resolución de la crisis actual, los que pagan el fracaso financiero y económico es la clase media (main street) salvando y sosteniendo con dinero público, de toda la sociedad el fracaso del sector privado, ( Wall street) que representa el sector financiero, los bancos, la bolsa y grandes multinacionales. Es decir, que si triunfan y consiguen la victoria claro esta por el principio del mérito y responsabilidad, que se quedan con todos los beneficios puesto que se lo han ganado y se lo merecían, pero si fracasan, como cumplen una función esencial en nuestra sociedad debe la clase media soportar el peso de su fracaso, mientras no ve ni cinco de la victoria.














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