Habla, libre, Ferlosio con su maravillosa prosa:
<< Siempre habría, pues, en general, un "algo" que precede al "qué", y que pretende ser más sustantivo, si se me admite la expresión, que cualquier "qué" por el cual se determine, como si le hubiese robado anticipadamente la sustantividad que sería propia de su determinación. La mejor representación de ese vacío capaz de justificar el objeto que lo llene, cualquiera que pueda ser su concreción en su naturaleza de implemento, es la de una caja. Para aislar esta figura de la caja con mayor precisión, comparemos la idea de caja con la de estuche. Caja es el término no marcado y por tanto comprende también a estuche; pero la marca distintiva del estuche frente a la caja en general consiste precisamente en ser necesariamente posterior y ad hoc respecto del objeto concreto que está destinado a contener; el estuche reproduce incluso, con frecuencia, en negativo, o sea en vaciado, la forma de ese objeto, tal como el guante reproduce en vaciado la forma de la mano. Quedémonos, así pues, con lo de que la caja no tiene estuche; esto es, con la caja que se anticipa a la naturaleza concreta de cualquier objeto que acabe por llenarla. Ésta es la caja que representa bien la idea de ese "algo" que es ya por sí mismo anticipadamente sustantivo al margen de cualquier "qué" determinado. Esta caja no esta motivada por la existencia o la prefiguración de un objeto concreto que la llene, sino que es ella misma el punto de partida; el impulso activo que promueve la producción de un objeto cualquiera destinado a llenarla justificando a ésta tan sólo por la mera función de satisfacer la demanda de llenar la caja. Ahora, en fin, parece que vivimos en un mundo en que no son las cosas las que necesitan cajas, sino las cajas las que anticipan a urgir la producción de cosas que las llenen. >> (Ensayos completos IV, QWERTYUIOP, Non Olet, Abreviaturas, Las cajas vacías, Conferencia leída el 11 de febrero de 1993)
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