( Raúl Arias. Una zona de recreo)
<<1. La urgència d’una presa de consciència del problema social que constitueix per a la
societat catalana el desballestament lingüístic creat per la dominació espanyola, una
consciència que ara manca en la majoria dels ciutadans i en molts dirigents polítics. Cal
que tothom entengui que un dels grans problemes d’estat de la nova república, potser
el més important, serà el problema lingüístic, perquè afecta la base mateixa de la
cohesió social.>> (Manifest koiné)
Sólo para estómagos fuertes, Manifest Koiné: un ejemplo textual -cuando lo ponen fácil, hincarle el diente es irresistible - del difuminado carácter étnico y racial de la doctrina nacionalista. Las tesis que sostiene el panfleto propagandístico son simples y falsas, reducciones históricas manipuladas por la ideología normativa de la lengua. El catalán no es la lengua de Cataluña, sino que ambas, el catalán y el castellano, lo son. El catalán no se ha desplazado, al menos a causa del Estado, de los ámbitos de uso lingüístico general, pues su uso, está normalizado y garantizado a nivel institucional, en las escuelas y las sucursales burocráticas; y en cualquier otro tentáculo estatal, el catalán es la lengua oficial, oficiosa, y ordinaria. No existe tal marginación ni tal peligro en lo institucional ni en lo social. Sólo un cambio de usos sociales, libres y sin dirigismos políticos o tutelajes pedagógicos culturales, puede variar el proceso de consolidación de la lengua; un destino, sea cual sea, que ni el poder político, ni ningún otro, deben determinar. En el libelo nacionalista las ideas se mueven por un espacio inventado, un lugar ficcional tanto en el mórbido presente como en el incierto e imperceptible futuro que nos depara. Ni la dominación española del régimen del 78, como extensión del franquismo, que ellos aducen, ni la república catalana, inevitable Ítaca de todo delirio y perdición política, existe hoy; ni sería deseable que existiera, por cuestiones higiénicas. Tampoco existe ningún proceso, mal que les pese, de dominación política lingüística españolista (horrible palabro que adulteramente utilizan), esa colonización del idioma ¡inmigrante! ( considerar inmigrantes a los riojanos, andaluces, extremeños, castellanos... Me parece una de las mayores vilezas de su ignorancia y su flatulenta aristocracia racial), escondida y oculta en el bilingüismo como aparato ideológico. Ni su plasmación administrativa, en funciones, supone una subordinación y sumisión del catalán hacia el castellano. Sino que coexisten con normalidad civil y orden social, y en ocasiones, con conflictos generados ideológicamente, fomentados por un gobierno que lanza a unos ciudadanos contra otros en función de sus orígenes y pertenencia. No sólo los lanza unos contra otros, sino que los organiza para presionar a los tribunales y la ley. Al margen, claro, de la reflexión que la maquinaria y los aparatos institucionales y cuerpos legales nos merezcan, lo que esta claro es que en un gobierno "liberal" el fomento de la hostilidad civil contra las instituciones es una contradicción insalvable e inasumible. Así, la imposición jurídico-política del castellano orquestada por el Estado español, es una ficción más, un intento desesperado y pornográfico de construir un enemigo externo irreal, una brecha onírica entre el acomplejado y autosatisfecho "nosotros" y el sórdido y perverso "vosotros". Una de las múltiples estrategias sutiles de la beligerancia irredenta e inútil del narcisismo de las diferencias que los distintos grupos sociales del nacionalismo intentan imponer por frustración, al ver que ni su propio gobierno es capaz de soportar su cinismo cuando se enfrenta cara a cara contra su expuesta mentira. Ese maravilloso momento de revelación que conlleva la descomposición de las mentiras ante su propia imagen, nos lo ha hecho ver la incapacidad de ruptura de un gobierno secesionista con la ley española. ¡Y qué grata sorpresa! ver que los mossos, aunque involuntariamente, sirven para algo más que para obedecer y cumplir con el que paga.
Ese arrinconamiento y esa degradación cualitativa de la lengua que se deriva de los exabruptos y sonidos guturales del libelo, en modo alguno pertenecen al resultado de acciones políticas reales de ningún gobierno español o alguno falsamente catalán. De existir, la degradación y el arrinconamiento, cosa que niego, serían producto de la decantación indeleble del paso del tiempo y la decisión y elección de los individuos, usuarios dicen, ¡bah!, sobre la lengua. Los hablantes serían sus únicos y legítimos jueces, a los que ninguna voluntad política, y menos aun religiosa como el nacionalismo, debe quebrar o torcer en su juicio y elección. Sustituida la etnia y la raza por la lengua catalana, de mismas y exactas funciones políticas que el Mito: la autenticidad, el reconocimiento del sentido y la justicia poética, que no real; parece, digo, que las observaciones lingüísticas son inofensivas, y cuanto más efusivas e impositivas, más pasionalmente técnicas y menos doctrinales parecen. Nada más lejos. Cuando un tropo sustituye a otro, los efectos se mantienen o se multiplican según el nuevo campo semántico y la nueva gramática política ( anti-política) que abre el trampantojo ideológico. Yo seguiré igual de atento a la lengua y a la viciosa jerga de la pertenencia, o la autenticidad, que a los movimientos de un gobierno nacionalista; pues el mimetismo entre ambos valdrá la pena identificarlo y analizarlo.
Esos especialistas en la sustitución, sustituyen el lenguaje por la lengua ideológica y sus preceptos, más normativos que productivos y creativos, por eso, (mal)tratando el lenguaje, creen estar tratando la lengua, y de ahí su confusión y vaguedad; las veces su abierta falsedad y malicia. Recordemos que no existe hoy, en la prensa, ninguna prosa en catalán, exceptuando a Lluís Foix y Valentí Puig, que pueda considerarse al nivel de la prosa melancólica, la miel ácida, de Gaziel (Agustí Calvet), insigne director de La Vanguardia (entre 1920 y 1936), gran memorialista y dulce dietarista; o siquiera, algún periodista que siga como los discípulos siguen al maestro, el modelo lingüístico que Pla, y la prosa planiana, dejaron a la posteridad a modo de redención de la palabra. Esa decadencia - que por otro lado también se vive con el castellano, si no es que todas las decadencias son una ilusión, no son la excepción, sino la regla - no depende de "enemigos externos", sino de la mediocre condición del mandarinato.Cat. Uno de los mandarinatos mejor retribuidos, y subvencionados con generosos fondos públicos; pues es sabido que el poder adora, y persigue frenéticamente, a los embellecedores, a los que adornan y decoran un discurso repleto de ruindad y zafiedad. Los que construyen en Cataluña el relato y la narración del poder, son los mismos sujetos verticales que viven de, por y para él; son los mismos "marginados" y "degradados" que se defienden en el panfletucho. Si su calidad literaria, intelectual, y lingüística es baja, no se debe a la falta de motivación teológico-monetaria, pues de dinero, ¡les sobra!; sino que se debe a su mediocre y decadente condición de dóciles y serviciales intelectuales.Cat prostituidos.
PD: Quizá sea verdad y uno de los problemas más graves de hoy, y del mañana, sea el lingüístico; o mejor, el del lenguaje en política. Pero no por la falsa cohesión social que se pierde, sino por el torrente y aluvión de mitologías y ficciones (sistema también de eufemismos) que se llegan a construir con la palabra mórbida que los panfletos y los libelos nacionalistas, apoyados por los medios televisivos, son capaces de introducir no sólo en el discurso público, sino en las conciencias individuales, con la forma de un deber religioso. No olvidemos que la lengua es ya la primera industria de Cataluña, una de sus mayores formas de negocio; existe una cantidad ingente de instituciones y de grupos de gente especialistas: lingüistas, filólogos, juristas, profesores y escritores, que se dedican íntegramente a la lengua, a promocionarla, a venderla y a crearla. Todo eso, en su mediocre y degenerada condición, tan ideológicamente determinada.
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Otras artes y variedades del pueblo; un debate en 8tv; todo queda en casa.
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Un poema de Diarios de la Peste.
Arcadi Espada
Declaración unilateral.
Mi pequeña
La hora de tu liberación debe llegar
Desde hace trescientos años
sufres de opresión
Dices
En la lengua
En el corazón
En la cartera
Pero solo se trata de una opresión
en el pecho
mi pequeña
Porque aún no has tenido el valor de confesar
la causa única y verdadera de todo esto
Yo también quiero luchar por tu liberación
Mi pequeña xenófoba
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