domingo, 1 de octubre de 2017

L'ou de la serp (XX) 1-Oc. Final

Hoy se ha producido una larga historia de fracasos e irresponsabilidades monumentales. Lo recordaré bien. Me pasé el día escribiendo, unas notas. Llovía en una Barcelona oscura. Y estaba solo. 

  •  La polarización mediática en el país no es una anomalía. Cada grupo de comunicación persigue como un sabueso sus intereses, y lo ejerce brutalmente a través de tenebrosas técnicas de manipulación, propaganda, campañas de calumnia y persecución moral, y la intoxicación pública por un complejo lenguaje cínico y eufemístico. Pero lo absolutamente nuevo son las condiciones de agravamiento identitario que producían un irreparable "Nosotros" contra (vs) "Vosotros". Buenos contra malos. Integrados y expulsados (marginados). Ni la 1, ni la 2 de Tve han ofrecido una cobertura periodística de lo que sucedía en Cataluña; siendo el silencio su mejor arma étnica. Un apagón informativo, un fundido en negro como las entrañas de sus almas, que constituye un grave error del españolismo, cuando no una gran malignidad: la instrumentalización mediática con fines de beneficio partidista, rédito electoral, y la voluntad de imponer un unidad simbólica que recomponga una identidad colectiva nacional que aplaste la pluralidad política; convirtiendo así su imagen en la de un estado fallido, irresponsable y resquebrajado que no admite su incapacidad para ejercer el poder, y en consecuencia, la desmedida aplicación de soluciones autoritarias y despóticas.  
 
  • La brutalidad policial es una evidencia; pero también era un recurso necesario y deseado del gobierno catalán para construir su falso relato de opresión y justificar sus diversos atropellos democráticos; algo inevitable dada la torpeza, la ineptitud, la estupidez y la indiferencia que asola al gobierno del Pp. Me parece a su vez algo profundamente ruin e hipócrita aceptar el monopolio de la violencia y su uso implacable cuando es propia como un acto de justicia (teodicea), y una represión "fascista" intolerable cuando es ajena; en fin, delicados burguesitos muy impresionables. En el contubernio de  Múnich de 1962 el poder fascista aprovechó la rebelión o revolución de la oposición exterior antifranquista y la del interior del régimen fascista para aplicar unas crueles medidas belicistas y de exaltación policial para suprimir la insurrección; en tal innoble ejercicio no sólo se buscaba reprimir la disidencia y silenciar el golpe, sino que, a través de la apologética de la violencia militar fabricar la gran leyenda, el gran mito del franquismo: los 25 años de paz y la abertura del régimen a la vida moderna capitalista de hegemónica racionalización económica, llamada también transición, cuyo origen pretenden falsamente desde ese mismo año 1962 o 1969, alargando históricamente así la transición y reduciendo el siniestro agujero negro del fascismo español. Del mismo modo ha actuado el gobierno de Rajoy, pensando que la exaltación y el entusiasmo de la brutalidad policial con narración bélica de victoria nacional, aseguraría el sintagma: "la única paz es la ley, y la ley es la unidad incuestionable de España". Pues vaya, va a ser que no. Ha conseguido lo contrario,  liberar la xenofobia tolerable, democrática y legitimada. Además, para seguir con la analogía histórica, ha conseguido - con la censura televisiva y su autismo solipcista que se atreve a afirmar que no ha habido votación popular en Cataluña -, que la gran mayoría de españoles piensen, a tenor de su última comparecencia, que se abre un aparente período de transición. En él parecen pedirse los mismos mitificados valores públicos y virtudes políticas de antaño: concordia, flexibilidad, hombres de estado, apoyo incondicional al nuevo período, unión entre fuerza políticas, y un sin fin de presuposiciones que se dan en este amplio y manipulado campo semántico ideológico. Ni paz. Ni transición.    

  • Al final de la noche, no conocemos los resultados del referéndum ni su participación popular oficial, es decir, no sabemos quién ha controlado la veracidad de los hechos, los datos, del referéndum, ya que hemos visto gente que votaba varias veces, urnas en medio de plazas llenadas con papeletas sin registros ni identificación, urnas fetiche en casas particulares , extrañas bolsas de basura, pueblecitos irredentos sin control etc. ¡Igualmente los contemplará el parlamento y el gobierno!, para su buen uso en la cámara independentista cuya naturaleza ha sido pervertida y que aplasta a la oposición política. A pesar de todo eso, en el imaginario colectivo catalán, sea por su base social, su representación institucional, o el tutelaje pedagógico y borreguil de Tv3, sigue el afán de la victoria y la innegable apropiación absolutista del fundamentalismo democrático, la conciencia firme e imborrable de que los nacionalistas "han votado" y que por lo tanto "todo está permitido". A partir de ahora no queda otra que el antagonismo competitivo deportivo, el ya citado deporte del poder; y con ello, veremos las mayores aberraciones vergonzantes de nuestras vidas civiles.    
 
  • Durante toda la mañana, en mi calle,  han sonado himnos nacionalistas catalanes y españoles, a cada cual más vulgar, bronco, sucio, y pegajoso. Mi única protección ética y estética es lo que debería decir todo buen ciudadano: << Puta España y Contra Cataluña >>.

  • Todos aquellos regímenes políticos que a través de la esperanza prometen la felicidad, acaban enviando a los hombres por las chimeneas. La felicidad es el gran elemento radioactivo de la política. 

3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. Pero no estás solo.

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  2. Gracias Clàudia; contigo lo sé. Fue un día vergonzoso para mí. Y lo peor: nuestra fétida generación, por su inexorable y terrible gusto por la propaganda, la palabra estofada. Un fuerte abrazo.

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  3. Creo que fue un día penoso para todo aquel que no estuviera borracho de independentismo o sediento de mamporrazos (o ambas cosas). Es tan fácil el tuit, tan lírico el lema, tan gustoso el "tomar partido", que, en la época del encumbramiento moral del ocio y de la normalización de la necesidad de inmediatez, nada de esto debería de sorprendernos. Aunque no por eso sea menos triste. Un abrazo para ti también.

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