jueves, 12 de septiembre de 2013

A propósito de la vía catalana.



Ayer, se produjo la gran movilización "independintista-nacionalista" catalana, que reivindicaba una forma de autoafirmación, desde las posturas político-sociales más estetizadas imaginables. Muchos de los voceros: alta burguesía mediática, creadores de opinión, "establishment político" y  las más altas figuras de la cultura y la intelectualidad catalana, no cesaron en intentar hacer comulgar con ruedas de molino, a la gran parte de no-catalanistas o no-nacionalistas que integran Cataluña. Los principios inquebrantables, que suponían que blindarían y protegerían, ejemplificarían y glorificarían su movilización, fueron pura ingenuidad, candidez y falsa inofensibidad.

Ya que su acto, consistía en una simple y superflua cadena humana por todo el territorio catalán, un acto muy llamativo, muy ruidoso y "espectacular" del que los medios del "régimen" (TV3, 8TV etc...) según actitudes racistas y fascistas, siguieron las horas interminables de su duración y proceso. Su movilización fue,  un ejercicio patético, del ridículo al que llega la falta argumentativa e imaginativa revolucionaria, de un colectivo absolutamente enajenado y alienado a la ideología dominante: el idealismo político de la derecha catalana, y  a las tecnologías de "yo" o  productoras de subjetividad, que establecen nuevos, roles, arquetipos y actitudes, asumidas dócil y acríticamente por los ciudadanos secesionistas. Queda encarnada y figurada tal posición, en los dispositivos de propaganda de dicha ideología, es decir, instituciones públicas, que pagamos, constituimos e integramos todos, por mucho que sean privativos de todos aquellos que no son catalanistas o nacionalistas.

El acto, se ocultaba bajo un manto de civismo, infantilidad, blancura, la armadura de la sencillez, lo jovial y la alegría, destilando confraternidad, hermandad, unidad del pueblo y pacifismo barato. Cuando, bajo la imagen artificiosa y forzosa, se esconde el mensaje y la retórica de la confrontación, la lucha, y el combate. Una retórica acusatoria y fascista, que construye una unidad exterior enemiga, opresora y dictatorial inexistente, denominada España. En sus discursos proclamaban cosas tales como: "Ens hem enllaçat pel nostre anel de llibertat" o " Necessitem posar fi a l'escanyament econòmic i cultural que estem patint" y así un largo sin fin de fundamentalismos e integrismos metafísicos ideológicos, que no hacían más, que construir, como hizo Heidegger en su discurso y texto "La autoafirmación de la universidad alemana", una construcción unitaria, ficticia y metafísica, de un pueblo con un destino inevitable e inquebrantable, el destino del espíritu de la voluntad del pueblo alemán, que no era otro que el del nacionalsocialismo.

Vemos, como va pasando el tiempo, como se suceden distintos discursos por parte del president y otros sectores del gobern, en que las excusas justificadoras y prolonguistas del Destino y liberación de Cataluña empapan la totalidad del mensaje. Cada vez más, la ANC (Assamblea Nacional de Catalunya) y otros organismos ideologizados y subordinados, hacen presión al ejecutivo y demás grupos sociales para consultar al pueblo "ya", ahora mismo, de inmediato. Será que ben el desvanecimiento de su oportunidad de afianzar privilegios y condiciones materiales favorables, ven el miedo del apagamiento y derrumbe de su castillo de naipes, de su "proceso universal"  convertido en camino de caracol.

 Ese miedo, no les paraliza, sino que les mueve a levantar y despertar la atonía de la sociedad y ciudadanía, que no esta para el debate o la razón, la polémica o la argumentación discursiva, sino que se encuentra, al igual que sus actores políticos, en una estetización de la política, que convierte el nacionalismo, en el camino más corto al fascismo, a la persecución, anulación y marginación del diferente o disidente. Una exclusión del espacio público, que vemos en radios, televisiones y diarios del régimen ideológico establecido, que abarcan la totalidad del espacio disponible para el debate y la polemización, convirtiéndose en grandes altavoces de diversos voceros alquilados, comprados o engañados.

Esta crisis actual, en la Realpolitik del proyecto soberanista o secesionista, es debida a la tozudez y contundencia de la realidad compleja, que demuestra que convertir ese delirio de abstracción idealista, en una concreción factual empírica, no sólo será larguísimo y pesado, sino extremadamente caro. Sólo posible  a través de la explotación de los trabajadores catalanes y la credulidad y mezquindad de la burguesía más arrogante y mezquina, aposentada en su conciencia de clase.

Actuando el nacionalismo como un brazo religioso, la espera y engaño mesiánico terminará pronto, si los dispositivos, mecanismos y tecnologías de la subjetividad, no consiguen resultados efectivos y prácticos en los sucesivos acontecimientos políticos. La crisis económica y material, lleva al agravamiento de estas locuras ridículas nacionalistas, a esta atonía revolucionaría y a la conciencia artificial o pre-fabricada de un colectivo, que bajo un constructo cultural, como la identidad común, ve posible y legítimo, cualquier desvarío.

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