miércoles, 18 de julio de 2018

El feminismo Barranco y la asistenta

Le preguntan en el periódico a una tal María Barranco, actriz, y por supuesto, feminista, del divertidísimo y sinsentido feminismo pop:
Y tengo otra. Los misóginos tienen una repugnancia extrema a la suciedad y al desorden, un culto excesivo a la rectitud y al horario, al equilibrio doméstico, adoran esa armoniosa tranquilidad de la mujer sola.Y sus atentas parejas están ahí, siempre han estado ahí y lo estarán, para contentarlos, amarlos y cuidarlos. En parte ¡es el amor!, su lado nauseabundo. Voy. Lo que he oído en un bar, ya de noche. La chica, feminista, of course, para solucionar el problema doméstico del imperativo moral y económico (para catalanes: qui paga, mana) que le obliga a limpiar la casa, planchar y cocinar, con el conocido chantaje emocional, va y encuentra un modo burgués de resolverlo, apaciguando y justificando a su vez la misoginia de su adorado chico: "que contrate a una asistenta". Oh là, là. La solución no es mandarlo a la mierda y que le limpie su mamá, no. Sino ¡qué contrate a una asistenta! Por fin, el feminismo en el rosado crepúsculo de su victoria: el feminismo burgués, en fin, el feminismo Barranco.  
  

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