martes, 17 de septiembre de 2013

La imposibilidad de la política, ante la autoafirmación catalanista



Tras la lectura de uno de los textos, más reveladores e ilustrativos de la doctrina nacionalista, en la primera mitad  del siglo pasado ( Atoafirmación de la universidad alemana), uno se da cuenta, de la similitud y semejanza existente, entre los movimientos nacionalistas a lo largo del siglo.XX. Movimientos políticos sostenidos y fundamentados en la irracionalidad de las raíces étnicas e históricas, la tierra, la cultura objetiva y la nación como pueblo espiritual.  El texto del insigne filósofo M.Heidegger, usa de pretexto, el discurso inaugural del rectorado de la universidad de Friburgo (1933-1934), para elaborar una tesis sobre la necesidad de crear espacios institucionales, capaces de producir y crear, a los hombres del destino del pueblo alemán.

Esas estructuras comunes, dependientes y necesarias para el pueblo alemán, son las universidades. Que producirán el discurso idóneo para la conversión ideológica, y según el propio filósofo alemán, facilitar el surgimiento de hombres capaces de corresponderse con "la esencia del pueblo alemán" y la realización de su propio "destino". El lenguaje criptico, oscuro, resbaladizo y elíptico, del autor, dificultan la comprensión y trascendencia de alto calado político, que este discurso inaugural celebérrimo, contiene, bajo la forma de un parlamentarismo académico, in-ofensivamente exaltado y exagerado. Impropio de una universidad que se pretende, realmente autónoma del poder político.

No es menester aquí, resumir el texto o comentarlo, sólo resaltar, algunas coincidencias y parecidos de la doctrina implícita, expuesta por el autor de ser y tiempo, y el nacionalismo catalán. La lógica del propio movimiento, se asemeja en ambos casos. Entienden que es necesario autodeterminarse, ya que fuera de toda imposición u obstácuo exterior, y disfrutando de una absoluta libertad, podrán determinarse a "sí mismos" como unidad esencial, irreductible e indisoluble. Pero para ello, es necesario, la autorefexión acerca de quién o que soy. Un: conócete a ti mismo a lo moderno. Tras la conclusión del "quiénes somos", es necesaria la autoafirmación, es decir, el reconocimiento, singularización y selección de los representantes que guían y dirigen el colectivo o movimiento. Esto implica una delimitación, tanto del espacio geográfico, como del colectivo al que se selecciona, para afirmarlo y re-alzarlo, para emancipar-lo o desligarlo, de lo que no le deja ser, lo que ontológicamente es.

Vemos pues, como las ideas políticas que habitualmente reflejan complejos conceptuales, y que ellos se otorgan a si mismos. Realmente, reflejan simples localismos, sentimientos de pertenencia y posesión, no referencian más que geografías, lenguas, canciones, símbolos y alguna que otra butifarra catalana. Y no esos exaltados principios, ideas elevadísimas y esencias nacionales. Según, este paralelismo, podemos decir que el catalanismo secesionista en concreto, se constituye como una sola unidad totalizadora, frente a otra unidad totalizadora exterior, que la subordina y rige. Esto se deduce de los movimientos institucionales, administrativos y políticos, que el gobierno catalán lleva a cavo en el espacio público, en la política exterior e interior. Apoyada y asentida por la población civil representada en ideales nacionales.

Algunos aludirán, a la distinción entre nacionalismo e independentismo, para diferenciar términos e ideologías. El indepndentismo es simplemente una idea-fuerza, que no se define o concreta, puramente formal y artificial, que no se singulariza en nada por si misma, dependiente de contenido político discursivo. Un pueblo injustamente oprimido, puede tener anhelo de libertad y pretensiones independentistas legítimas. Pero en el caso catalán, vemos por un lado, que la mayoría -al menos en la macro-narración de su ideología, y en su realpolitik  se ve reflejado- son nacionalistas ( la refutación del nacionalismo, ya se ha expuesto con anterioridad en distintas entradas de este mismo blog).

 Y la otra parte, juega a la indefinición de no apostar por nada concreto, se limitan a la indeterminación, vaguedad y ambigüedad de ser "independentistas", sin reparara, en que cuando su posición se particularice, perderá fuerza e impacto. Se humanizará y normalizará, entrando en el terreno del que jamás tubo que escapar, este no es otro, que el círculo de la racionalidad política, el espacio "entre nosotros". Y no, en la distancia de la abstracción irracional y la altura de la idealización incomunicativa, que elimina cualquier posibilidad de palabra y acción en el espacio o red de relaciones de reconocimiento, identidad y realización. El espacio de la política, es pues, el que se da dentro de la pluralidad, aceptando la diferencia y distinción, teniendo en cuenta lo que nos separa más que lo que nos une, como posibilidad de pacto y acuerdo puntual y no eterno. Aceptando la artificialidad y fragilidad de la política, y su libertad constitutiva, es como debe reconocerse cada individuo o sujeto particular en el espacio común, y no según colectivos que imposibilitan tal relación, o monopolizan la voluntad y espacio público de aparición de los ciudadanos, como hace el gobierno y parte de la sociedad catalana.







jueves, 12 de septiembre de 2013

A propósito de la vía catalana.



Ayer, se produjo la gran movilización "independintista-nacionalista" catalana, que reivindicaba una forma de autoafirmación, desde las posturas político-sociales más estetizadas imaginables. Muchos de los voceros: alta burguesía mediática, creadores de opinión, "establishment político" y  las más altas figuras de la cultura y la intelectualidad catalana, no cesaron en intentar hacer comulgar con ruedas de molino, a la gran parte de no-catalanistas o no-nacionalistas que integran Cataluña. Los principios inquebrantables, que suponían que blindarían y protegerían, ejemplificarían y glorificarían su movilización, fueron pura ingenuidad, candidez y falsa inofensibidad.

Ya que su acto, consistía en una simple y superflua cadena humana por todo el territorio catalán, un acto muy llamativo, muy ruidoso y "espectacular" del que los medios del "régimen" (TV3, 8TV etc...) según actitudes racistas y fascistas, siguieron las horas interminables de su duración y proceso. Su movilización fue,  un ejercicio patético, del ridículo al que llega la falta argumentativa e imaginativa revolucionaria, de un colectivo absolutamente enajenado y alienado a la ideología dominante: el idealismo político de la derecha catalana, y  a las tecnologías de "yo" o  productoras de subjetividad, que establecen nuevos, roles, arquetipos y actitudes, asumidas dócil y acríticamente por los ciudadanos secesionistas. Queda encarnada y figurada tal posición, en los dispositivos de propaganda de dicha ideología, es decir, instituciones públicas, que pagamos, constituimos e integramos todos, por mucho que sean privativos de todos aquellos que no son catalanistas o nacionalistas.

El acto, se ocultaba bajo un manto de civismo, infantilidad, blancura, la armadura de la sencillez, lo jovial y la alegría, destilando confraternidad, hermandad, unidad del pueblo y pacifismo barato. Cuando, bajo la imagen artificiosa y forzosa, se esconde el mensaje y la retórica de la confrontación, la lucha, y el combate. Una retórica acusatoria y fascista, que construye una unidad exterior enemiga, opresora y dictatorial inexistente, denominada España. En sus discursos proclamaban cosas tales como: "Ens hem enllaçat pel nostre anel de llibertat" o " Necessitem posar fi a l'escanyament econòmic i cultural que estem patint" y así un largo sin fin de fundamentalismos e integrismos metafísicos ideológicos, que no hacían más, que construir, como hizo Heidegger en su discurso y texto "La autoafirmación de la universidad alemana", una construcción unitaria, ficticia y metafísica, de un pueblo con un destino inevitable e inquebrantable, el destino del espíritu de la voluntad del pueblo alemán, que no era otro que el del nacionalsocialismo.

Vemos, como va pasando el tiempo, como se suceden distintos discursos por parte del president y otros sectores del gobern, en que las excusas justificadoras y prolonguistas del Destino y liberación de Cataluña empapan la totalidad del mensaje. Cada vez más, la ANC (Assamblea Nacional de Catalunya) y otros organismos ideologizados y subordinados, hacen presión al ejecutivo y demás grupos sociales para consultar al pueblo "ya", ahora mismo, de inmediato. Será que ben el desvanecimiento de su oportunidad de afianzar privilegios y condiciones materiales favorables, ven el miedo del apagamiento y derrumbe de su castillo de naipes, de su "proceso universal"  convertido en camino de caracol.

 Ese miedo, no les paraliza, sino que les mueve a levantar y despertar la atonía de la sociedad y ciudadanía, que no esta para el debate o la razón, la polémica o la argumentación discursiva, sino que se encuentra, al igual que sus actores políticos, en una estetización de la política, que convierte el nacionalismo, en el camino más corto al fascismo, a la persecución, anulación y marginación del diferente o disidente. Una exclusión del espacio público, que vemos en radios, televisiones y diarios del régimen ideológico establecido, que abarcan la totalidad del espacio disponible para el debate y la polemización, convirtiéndose en grandes altavoces de diversos voceros alquilados, comprados o engañados.

Esta crisis actual, en la Realpolitik del proyecto soberanista o secesionista, es debida a la tozudez y contundencia de la realidad compleja, que demuestra que convertir ese delirio de abstracción idealista, en una concreción factual empírica, no sólo será larguísimo y pesado, sino extremadamente caro. Sólo posible  a través de la explotación de los trabajadores catalanes y la credulidad y mezquindad de la burguesía más arrogante y mezquina, aposentada en su conciencia de clase.

Actuando el nacionalismo como un brazo religioso, la espera y engaño mesiánico terminará pronto, si los dispositivos, mecanismos y tecnologías de la subjetividad, no consiguen resultados efectivos y prácticos en los sucesivos acontecimientos políticos. La crisis económica y material, lleva al agravamiento de estas locuras ridículas nacionalistas, a esta atonía revolucionaría y a la conciencia artificial o pre-fabricada de un colectivo, que bajo un constructo cultural, como la identidad común, ve posible y legítimo, cualquier desvarío.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Imposturas Modernas

Imposturas Modernas (III)

Tiempo de escaparates, cultura de mercadillo y exposición, todo visible y fotografiable. Exponemos en nuestros museos, restos de templos, casas, ropas, jarrones, platos y monedas que antaño poseían un valor metafísico pragmático, y que hoy, su valor es un valor de cambio monetario determinado por la industria cultural.

Más que conocer, nos mueve la información, el morbo visceral, la curiosidad epidérmica, la conciencia colectiva de identificación con el grupo, las ansias de poseer, sea material o ideal, espiritual o físico. Nos palpita el acumular experiencias y sentidos, sin cuidar nada. Queremos devorar pero no degustar.
La predilección y preferencia por el tener, que no por el ser, conduce a la masificación y socialización cosificada de todo aquello que poseía una entidad espiritual, la piedra roseta se ha convertido en un mono de Gibraltar, se juega con ella y se la retrata para el álbum familiar.

Las calaveras y cuerpos momificados son uno de los valores más visitados, demandados, solicitados y emplazados. Lo que antaño fueron hombres dotados de dignidad atemporal, hoy son objetos de culto, más o menos otorgado, por su interés dentro de la industria, y la racionalización de programas culturales, y distintas fragmentaciones administrativas.

Los museos como tecnologías de subjetividad, y productoras de verdad, determinan lo valioso e histórico. En la posición del objeto puede leerse todo en cuanto es,  cuando su valor, es mucho más cotidiano y normal, y  a su vez, tan trascendente que no puede regirse y someterse a una estructura instrumental, industrial o febril.


El arte en los museos, está saturado, endogámicos y académicos, no flotan en la realidad, ni en salones ni habitaciones. El arte, se encuentra mediatizado por expertos, grandes espacios de desfiles y centros del escaparate. Expuestos ante la cadena de montaje, hoy de observación, de mentes consumidoras y voraces en la crematística.